Azumi soltó un suspiro, no podía llevar el vestido que deseaba debido a que quería evitar llamar la atención o crear cualquier rumor que pudiese afectar su trabajo. Pero al menos acudiría lo suficiente decente.
Camino a paso tranquilo en dirección al parque, aún no oscurecía, así que pudo ver claramente la cabellera oscura del chico.
Nuevamente sintió su corazón acelerarse con fuerza, le recordaba a Touya de alguna manera.
Se acercó con una sonrisa, tocó con su dedo índice el hombro del chico, él miró en su dirección con una pequeña sonrisa.
Aunque aquellas cicatrices hacían parecer que sonreía en todo momento.
—¿Señorita héroe?
La pelirrosa sonrió divertida mientras lo observaba ponerse de pie, subió sus lentes de sol para que pudiera verla bien.
—Hoy solo Okkotsu, o Azumi, como prefieras.
—Como digas —mantuvo su sonrisa.
—Tu ropa — musito — Te sienta bien.
Azumi sonrió.
—Gracias, te queda bien tu chaqueta.
— ¿Vamos? —cuestionó mientras le extendía una flor de color rojo.
Okkotsu se quedó en blanco por unos segundos.
Recordaba haber recibido una flor por parte de Touya, la misma que estaba recibiendo actualmente.
Una camelia roja.
Supo recomponerse, sonrió suavemente.
—Gracias, es preciosa.
No sería la última de todas las señales que él le daría. Seguirían en contacto por un largo periodo de tiempo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
