Damn, I like you! ♡ ChanIn

02

A Jeongin le gustaba Chan y era algo que no iba a negar. Chan era apuesto y le movía el piso, mucho, de hecho.

Jeongin recordaba muy bien el día en que conoció a Chan, fue en la plaza, aunque es seguro que Chan no lo recordara. Ese día Jeongin se encontraba sentando en una banca, leyendo un libro, fue entonces que elevó su mirada del libro y vio a Chan a la distancia, estaba trotando algo apresurado, un pequeño rastro de sudor se asomaba en su frente, su cabello estaba desordenado y el fresco viento de ese día lo movía lentamente, haciéndolo ver más hermoso.

Fue ese día en que Jeongin hizo clic con Chan.

Jeongin solo se había enamorado una vez, no terminó bien y acabó como todo lo que empieza. Jeongin lloró, pero luego lo superó y comprendió que era algo que debía pasar, pues siempre dicen que el primer amor nunca dura y que solo queda como un recuerdo para la eternidad.

Días después de aquel día tan especial en donde conoció al chico de sus sueños, siguió pensando en él, sintiendo la tristeza en su interior al recordar que no lo volvería a ver y que solo por obra del destino podría verlo de nuevo en su camino.

Y al parecer el destino estaba de su lado.

Jeongin sabía que Félix tenía un amigo de la infancia, cuyo nombre era Chan. Félix siempre lo mencionaba que Jeongin sentía conocerlo de toda la vida, a pesar de que aún no conocía su rostro, aunque de todas maneras se lo imaginaba como alguien muy cálido.

En una de las celebraciones de Félix, Jeongin vio cómo su mejor amigo hablaba con alguien fuera de casa, se asomó por curiosidad y vio a ese precioso chico que había conocido en la plaza. Inmediatamente, su corazón latió con velocidad, su cuerpo empezó a temblar y sintió un remolino en su estómago.

Félix se despidió de aquel chico y apenas entró a la casa Jeongin lo bombardeó de preguntas sobre él, tales como: ¿Cuál es su nombre? ¿De dónde lo conoces? ¿Qué edad tiene? ¿Está soltero? ¿Le gusta los chicos? Fue así como Jeongin descubrió que aquel chico se llamaba Bang Chan, era el amigo de infancia de Félix, tenía 26 años (en ese entonces), estaba soltero y le gustaban los chicos.

Y al final Jeongin terminó confesándole a Félix lo que sentía por Chan, Félix le dijo que lo ayudaría con él, sin embargo, ninguno de los dos esperó que tan solo días después Chan se pusiera de novio con Seungmin, un chico de su facultad.

Ninguno de los dos esperó que ese chico robara la ilusión de Jeongin y destruyera el corazón de Chan.

El primer amor de Jeongin lo dejó por otro chico, le fue infiel y por ello Jeongin detestaba las traiciones, no le gustaba cuando las personas se metían con individuos que se encontraban en relaciones y acababan destrozándolas, él respetaba mucho las relaciones y le dijo a Félix que gracias, pero que ya no importaba, que pronto olvidaría a Chan y conocería a alguien más.

Creyó que funcionaría, pero aquel sentimiento por Chan siguió perdurando.

Dos años después, Seungmin terminó con Chan cuando dejó de sentir lo mismo, él de verdad no esperaba romperle el corazón a Chan, pero decidió acabar con la relación antes de hacerle más daño de lo que ya le estaba haciendo.

Tiempo después Seungmin conoció a Hyunjin, un amigo de su familia, y siguió con su vida, pero para Chan no fue lo mismo, pues él se aisló de todos. Es decir, Chan siempre le gustaba estar solo y sin tanto alboroto, aunque había ciertas ocasiones en que solía buscar salir de su rutina y reunirse con sus amigos. No obstante, luego de la ruptura el encierro en su hogar fue más constante y ya no asistía a ninguna de las reuniones grupales.

Cuando Félix le dijo que Chan había asistido a la fiesta Jeongin se dio cuenta que aquello que sentía por Chan seguía ahí dentro suyo.

Y ahora que Chan estaba soltero nada lo detenía, ¿o sí?

—Oye, Félix —musitó Jeongin, sentándose a lado de su mejor amigo.

Se encontraban en la casa de Félix, ambos limpiando todo el desorden que se creó por la fiesta de la anoche anterior y luego de acabar decidieron descansar un rato.

—¿Qué sucede? —dijo sin quitar la vista de su celular.

—Lix bonito de mi corazón...

—No tengo dinero.

—¿Eh? No, no se trata de eso. No vengo a pedirte dinero.

—¿Entonces qué quieres?

—Lix lindo...

—Basta, me da miedo cuando empiezas a decir apodos cuando eres más frío que el Polo Norte.

—Tampoco exageres.

—Buenos, ya di qué quieres de mí.

—¿Puedo pedirte un favor?

—Depende de qué se trate.

—Quiero ver a Chan... —musitó—. Me preguntaba si podrías pasarme su dirección o...

—No —lo interrumpió con voz firme.

—Pero déjame terminar de hablar.

—No, Jeongin, no te daré ni su teléfono ni su dirección.

—¿Por qué no? —preguntó con un puchero.

—Porque no puedo hacerlo, no es información mía y por eso no puedo dártela, así como así, eso sería una falta de respeto.

—Pero me conoces, no soy una mala persona y tampoco tengo malas intenciones.

—Hablaste con él anoche, ¿por qué no le pediste su número?

—No encontré el momento adecuado y cuando se despidió me olvidé de hacerlo.

—Eres un tontito. De todas formas, es un no.

—Félix, por favor —pedía Jeongin con un puchero y sus manos juntas.

—No, Jeongin, no puedo.

—Es por una buena causa, por favor, ayúdame.

—Jeongin....

—Ayuda a tu amigo enamorado, por favor, quiero aprovechar ahora que pude conocerlo en persona y hablar con él, quiero acercarme más e intentarlo. Si él me rechaza, me alejaré de él y pondré punto cerrado definitivamente a mis sentimientos, pero por esta vez ayúdame, por favor.

Félix miró a Jeongin, luego desvió la mirada se quedó pensándolo por algunos cortos minutos. Suspiró sonoramente y regresó su vista a su mejor amigo.

—Está bien, Jeongin —dijo finalmente, recibiendo el grito de delfín de Jeongin.

—¡Muchas gracias, Lix precioso! —expresó, abrazando a Félix y besando su mejilla, Félix sonrió porque Jeongin no solía realizar esas muestras de afecto, eran muy escasas y por ello las valoraba—. Eres el mejor amigo de la existencia humana.

—Chan se enfadará mucho conmigo, pero todo sea por ayudarte.

Jeongin siguió sonriendo y Félix no pudo evitar acompañarlo, le hacía feliz ver a su amigo tan contento.