Sanar se hace difícil cuando:
La niña interior sólo quiere amor, una palabra bonita y un detalle que confirme que le has prestado atención. Dar un regalo porque le gusta ver a la gente sonreír, escuchar a los demás hablar porque adora sentir que le diste tu confianza. Hacer amigos tan rápido como un pestañeo y ser la razón por la que otros ríen.
El adolescente quiere venganza, está enojado todo el tiempo, se niega a reconocer que algo lo ha herido. Puede hacer todo solo porque no necesita a alguien. Todos quieren pelear. Todos susurran. Nadie lo entiende. La culpa es de quién lo trajo a este lugar y no supo cómo enseñarle a sobrevivir.
Mientras que el ser que escucha las peleas, sólo quiere paz.