𝐏 │ El día que la tentación consumió a Enzo, se dio cuenta que ningún vino de la eucaristía se podrá comparar al sabor de los labios de Julián.
• historia corta
• smut
• universo alterno
• edades modificadas
• enzo top - julián bottom
• out of cha...
Edición: por decisión y comodidad propia, la trama de la historia ya no será en época moderna si no en años anteriores. para ser más exacto, antes de los 2000. :)
Enzo era un hombre de bien. Con las ideas claras, buen control, responsable y dispuesto a cumplir con su deber; trabajar en la iglesia.
Un sacerdote tiene reglas que cumplir y que de momento, había seguido al pie de la letra. ¿Las reglas? Eran claras, como por ejemplo no caer en las tentaciones ni a los impulsos humanos, mantenerse impune y desistir cualquier deleite indecoroso.
Y sí, jamás se había visto en aprietos, como cuando se camina sobre una cuerda floja con los ojos vendados. Nunca y lo agradecía, aunque esta buena racha no duraría mucho.
¿Es que acaso el Señor lo está poniendo a prueba? Porque nunca se había visto en esta situación, rozando con la yema de sus dedos el mismísimo magma. Limpiando su alma y refrescando su rostro con agua fría, apretando el lavabo de tal forma que sus nudillos comenzaban a tornarse de un color pálido. Susurrando oraciones arrodillado buscando el perdón de Dios derramando lágrimas que chocaban contra el suelo, sintiéndose asqueado de sí mismo, castigándose por haberse dejado llevar y tirar a la mierda todos estos años de disciplina. Estaba perdido.
Exacto, Julián era su perdición.
La invitación a caer, caer en los lujuriosos pensamientos impíos que comenzaban a atormentarle día y noche y, que cada vez aquella sotana se asemejaba más a un oso corpulento cargando en su espalda. Se sentía como si millones de lingotes colgaran sobre sus hombros y rebuscaba en su inconsciente algo de cordura, decencia, humanidad, repleto en sudor frío mientras temblaba, en busca de alguna chispa de esperanza para reencontrarse a sí mismo.
No podía abandonar el rebaño, abandonar a Dios, sus creencias, sus ideales.
Desde que aquel muchacho cruzó la puerta de su habitación, se sintió en el infierno. No estaba dispuesto a afrontar la situación. ¿Cobarde? Tal vez ¿Pecador? Ni en sueños.
¿Cuánto tardaría en darse cuenta que, detrás de ese chico en busca del sentido de la vida, que él había recibido con tanta calidez y tacto, se hallaría un obsesivo deseoso por la atención del sacerdote?
« ... Perdona nuestros pecados, así como nosotros perdonamos a los que nos han hecho mal. No nos metas en tentación, mas líbranos del mal, porque tuyo es el reino, el poder y la gloria para siempre. Amén »
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NOTAS DE AUTOR: se tocan temas sensibles, entre ellos la homofobia, relaciones sexuales, uso de lenguaje obsceno, parafilias, situaciones violentas.
ACLARACIÓN: enzo: 29 años. julián: 20.
no estoy muy bien informado sobre la iglesia/religión, por lo tanto si me equivoco en algo, están en su derecho de corregirlo. evitar comentarios ofensivos hacia mí, todo es ficción. espero que la disfruten tanto como yo al escribirla y perdón si es muy falopa.
