Por si te enamoras.

Desque el primer instante.

VALERIA.
Ese nombre... Ese nombre me a mantenido cautivo, como una ave en una jaula, como un preso en su celda, como un pensamiento rebelde en la cabeza de un resignado.

La conocí en el lugar menos esperado; llegue me apresure a tomar mi boleto me reuní con unos amigos y procedimos a entrar a la sala, una ves dentro tomamos haciendo el telón se abrió y la función comenzó. Como todo buen joven mantenía más mi vista en mi entorno qué en la obra qué se me presentaba, en un movimiento brusco de mi cabeza y una mirada rápida a mi alrededor vi a una joven; pelo quebrado de una tonalidad castaña, anteojos, tez blanca y un suéter tejido (desde mi asiendo era lo único qué pude apreciar). Sentí algo dentro de mi algo que solo puedo describir como un centenar de millones de estrellas corriendo a través de todo mi cuero. Tiempo después supe que ha esa extraña sensación se le llamaba amor y en ese momento fue amo da primera vista.
A la derecha de la joven estaba una amiga mía y a su izquierda su hermana (la cual en ese entonces también era mi amiga y actualmente mi mejor amiga). Decido esperar a qué la obra llegara a su medio tiempo para acercarme, aún no savia cual sería mi pretexto para hacer eso, decido qué fuera algo espontáneo.
Término el primer tiempo me levanté y salude a mis 2 amigas y a la joven qué no dejaba de mirar, su hermana al ver que no le quitaba la mirada de encima se apresuró a presentarnos
-Ha cierto, ella es mi hermana; Valeria el es Alexis, Alexis ella es Valeria. Conoscancé.
-je mucho gusto Valeria *las manos me sudaban* ¿me puedo sentar?-claro.
Con esa invitación en mi mente pasaron un millón de ideas de lo cual hablar pero los nervios me traicionaron y no hable, asta qué ella pregunto.
-así qué eres amigo de mi hermano -je si - y estas aquí por lo de tu calificación de artes -si valla qué necesito esos puntos.
Por un rato más platicamos de cosas qué ya no recuerdo del todo, mi mente está más enfocada en sus expresiones qué en lo qué me decía y lo único qué escuchaba eran las cosas importantes sobre ella.
Comenzó la segunda parte de la obra y yo le prestaba más atención a ella qué a lo qué sea qué me estaban presentando, vi qué movió su rodilla y por alguna extraña razón sin pensar le hice cosquillas ella rio y yo continúe (su risa me cautivo) intente hacer lo mismo en la otra rodilla; mala idea, tenía su rodilla lastimada y solo le provoqué dolor, me sentí el hombre más idiota del mundo y con la cara roja pedí disculpa ella me sonrió y me dijo qué no pasaba nada.

Entre tantas risas y sonrisas la obra término antes de lo esperado, me consterne al pensar qué no volvería a verla en un largo tiempo; quería qué ella tuviera un recuerdo de mi, así qué fui a la tienda de regalos y le compre un alebrije; cuando salí de la tienda Valeria y su hermana ya avían partido del teatro. En mis manos un regalo para la joven qué conocí en aquel lugar y en mi mente la idea de volver a verla y no sabes qué más pudiese pasar.