La Casa de Los Pecadores.

Alisa Johnson: I

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«- Si me dan un poco más de tiempo... -»

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¿Sabías que los lugares tienen memoria? El cielo te recuerda cuando te ve caminando, el suelo te reconoce, tu energía cautiva la naturaleza. Aunque seas una mierda, siempre alguien te va a reconocer.

Y también siempre va a ver una persona que vera tu rostro en todos lados, porque te ama, y porque te extraña. Siempre escucharán tu voz en el tráfico, o incluso te dedicarán su último aliento antes de morir. Porque así es el amor; algo tan complejo que te hace la nada misma, y que te destruye.

Dijiste que estarías para siempre...pero estoy muriendo y tú no estás.

***

╰┈➤ 13 años de edad.

Me encontraba hablando por teléfono con mi mejor amigo, Nathan. Hablábamos de cosas estúpidas, lo hacíamos todas las tardes.

- Alisa, ¿Sabes algo? Me gustaría ser un astronauta.

- ¿Un astronauta? ¿Cómo el cuadro que tienes colgado en tu habitación?

- Si, eso. ¡Ellos pueden visitar el espacio y a mi solo me dejan ir a la plaza de Firecrow!

Iba a contestarle pero de pronto escuché a mi hermano, una sonrisa se apoderó de todo mi rostro.

- ¡Alisa! - Leo grito mi nombre mientras subía las escaleras para llegar a mi habitación, me sorprendía el hecho de que hubiese entrado a la casa, supongo que aprovecho que mis padres no se encontraban. - Tu guapísimo hermano te trajo un regalo.

- ¿En serio? - Volví a poner el teléfono en mi oreja - Te llamo luego, Nathan. - colgué rápidamente y mire a Leo con un brillo en mis ojos - ¿Qué es? ¿Una princesa? ¿Dinero?

- ¡Tan pequeña y solo piensas en dinero, vas a ser una cosa sería! - Este me regaño y me dió un pequeño golpe.- No, te traje a un compañero de vida.

Entonces detrás de su espalda saco un pequeño perro, lo reconocí como un Cocker spaniel bebé. Me quedé estática en mi lugar durante unos segundos cuando fui corriendo a quitárselo de las manos.

- ¡Que bonito es! - Dije mientras lo abrazaba.

- Es hembra.

- Oh. ¡Entonces que bonita es!

Leo soltó una pequeña risa y saco su celular de su bolsillo, se agachó a mi altura y nos tomo una foto.

- Será un bonito recuerdo. ¿Qué nombre le vas a poner?

- Se va a llamar como yo, Alisa. - Mi voz sonaba con aires de superioridad y entrecerrando los ojos, Leo me miró mal durante unos segundos.

- No le llames Alisa. Tienes que ser original, tonta.

- ¡Oye! - No tarde en ofenderme, pero tal vez tenía razón. Entonces me quedé en silencio durante unos segundos.-¿Te parece que se llame Sky?