Tú:
¿Cuándo vendrás por Thomas?
Sigue esperando por tí
Él:
Ya voy a casa, cielo
El tráfico me tiene atascado, llego ahorita
Tú:
¿Perdón?
Él:
¡Lo siento! Fue el teclado, no era mi intención.
Ya estoy entrando a la avenida, en menos de dos minutos llego.
—¡Cariño, papá viene ya!—Gritaste desde la planta baja mientras guardabas tu celular en el bolsillo del pantalón, buscando el resto de tus pertenencias en la sala.
Cuando giraste una vez que te colocaste tu abrigo, sentiste el pequeño cuerpo estrellarse contra tus piernas y sonreíste, acariciando su cabello mientras agachabas la mirada. En ello, el timbre de la casa sonó y los dos se dirigieron emocionados, viendo al hombre frente suyo con la misma sonrisa de felicidad que tenían en sus rostros.
Habían estado planeando esa salida desde que sus horarios de trabajo habían coincidido en el día de descanso, por lo que ahora estar presenciándolo los tenían contentos a todos. Estar divorciados y con un hijo de por medio que tenía el mismo afecto a los dos era un tanto difícil, a pesar de que habían terminado bajo las mejores condiciones siendo conscientes que estarían conviviendo independientemente de su estatus de relación, era mejor llevarlo por la paz y estaban bien con ello.
Pero lo que últimamente no estabas bien es que sabías muy bien que tus sentimientos hacía él no habían desaparecido; no lo habías dejado de amar, y sus actitudes te desconcetaban porque en muchas ocasiones seguían pareciendo una pareja como antes, los apodos solían colarse en sus conversaciones y cuando iniciaban a mensajearse para ver el estado de su hijo, terminaban extrañándose más que nunca.
¿Por qué habían terminado? Ahora parecía muy lejana la razón, inclusive inexistente, lo que te hacía dudar del porqué habían tomado tan precipitada decisión.
—¿Están listos para irnos? Hay mucho tráfico ahora en la ciudad, es mejor apurarnos si no queremos llegar al medio día para allá.—Cuestionó cuando cargó al niño entre sus brazos, depositando un beso en su mejilla.
—Está bien, andando.—Los tres salieron, cerrando la puerta con seguro antes de partir al automóvil.
Las salidas familiares se habían convertido en algo más a menudo que lo que hacían cuando estaban casados; había una infinidad de cosas que habían hecho con mayor frecuencia una vez que estuvieron separados que cuando estaban casados, probablemente dándose mayor atención de lo que alguna vez lo hicieron.
Las conversaciones nocturnas, los días de salir a comer y los fines de semana de paseo, los festivales escolares y las noches donde pasaban en la casa del otro cuando se hacía tarde después de decidir solo pasar el día en la comodidad de la casa. Sus galerías estaban inundadas con todos los momentos que pasaban en familia, muchos vídeos y fotografías que plasmaban la felicidad de su hijo al poder pasar tiempo con los dos y unas pocas tomas que se colaban cuando uno estaba desprevenido y el otro aprovechaba para capturar el momento.