PARTE ÚNICA.

840 66 27
                                    

Una bocanada de aire toma Cristian saliendo del boliche y se sienta en la vereda replanteandose sus actos como hace desde hace unas cuantas semanas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Una bocanada de aire toma Cristian saliendo del boliche y se sienta en la vereda replanteandose sus actos como hace desde hace unas cuantas semanas.
Se refriega el rostro, mira su celular y camina hasta la parada de colectivo más cercana.
Espera unos cuarenta minutos hasta que un colectivo con su destino llega allí, lo aborda y se sienta en uno de los últimos asientos cerrando los ojos.

Después de varias paradas abre los ojos notando que en poco le toca bajar del medio de transporte. Cuando ese momento llega, camina hasta la panadería de la esquina y su mente le juega una mala pasada cuando ve criollos en un estante.

— Buen día, ¿Qué te puedo ofrecer? — pregunta la mujer detrás del mostrador y Romero parpadea repetidamente.

— Una botella de agua y un cuarto de criollos, gracias. — contesta con su mente un poco perdida en sus recuerdos.

¿Cuantas veces habrá hecho exactamente lo mismo con Lisandro? Cree que son incontables.
Salir del boliche, tomar el colectivo, pasar por la panadería e ir a dormir juntos a la casa más cercana.

— Tené. — la mujer le pasa la bolsa y Cristian paga para después retirarse del local.

Se refriega un ojo con cansancio y empieza a caminar hasta su casa dejando la botella con escasez de contenido.
Cuando llega a la esquina de su calle para en seco, recordando esos labios y se sienta en la vereda para prender un cigarrillo ansiando que estos sepan igual que los besos del entrerriano.

Da una calada grande, dándose cuenta de que por más que fume los mismos cigarrillos que él nunca va a sentirse igual.
Termina el cilindro y camina a su hogar, abre la puerta con la llave que Rosa esconde en la maceta y ve a la misma acostada en el sillón.

Sonríe levemente al saber que se quedó allí para saber cuando el llegara.

— Ma, ya llegué, andá a la cama. — pide en susurro besando su frente y la mujer le sonríe dormida.

— Andá a dormir vos también, te amo. — contesta la mujer apagando el tele y caminando hasta su habitación.

Cristian deja los criollos restantes en la mesa y se tira en el sillón.
Le presión en el pecho de extrañarlo tanto le duele, pero se obliga a sí mismo no ir a buscarlo porque ya lo lastimó lo suficiente.

Su mente a esas horas no es buena compañía, le recuerda sus metidas de pata y también la noche en la que el antojo vence a ambos y los ojos dados vuelta de placer es de lo único que recuerda. Esa noche en la que Lisandro está con alguien más al igual que Cristian y sus miradas cruzándose de reojo lo dicen absolutamente todo. Esa misma noche en la que comparten la cama de Romero y a la mañana siguiente Lisandro se va antes de que el otro despierte.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 20, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

𝗖𝗥𝗜𝗦𝗧𝗜𝗔𝗡; 𝗰𝘂𝘁𝗶𝗹𝗶𝗰𝗵𝗮 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora