Hotel Room

12.1K 695 428
                                    

Único.

+18!

Una risa escapó de entre sus labios, maliciosa, como si estuviera ocultando algo. El torneo en solitario del Rubius había comenzado y por primera vez en mucho tiempo Iván no se sentía presionado, o bueno, no tanto.

La idea de Carre no iba en contra de las reglas, de todas maneras Focus, el castaño y él la estaban pasando bien, contando chistes con doble sentido y de vez en cuando casteando lo que él resto hacía en el juego.

—Te re cavio Roier. —sonrió escuchando la risita de Carre—Amigo me lo re garche, fui por detras y me lo coji literalmente.

—¡No Roier! —dijo Carre intentando sonar apenado entre aquellas risas contagiosas

—Le voy a poner que me lo re coji. —rió entrando con pantalla completa al stream de Roier

ElSpreen a donado 1000 bits
Jaja te coji

—El Spreen gracias por los mil bits. —curioso miró aquel mensaje que resaltaba debajo de la donación—Jaja te coji ¡Pues que rico Spreen!

El azbache soltó una carcajada al escuchar al castaño, ya extrañaba esas ocurrencias solo de él, por alguna razón se habían vuelto más cercanos, más... Íntimos.

—¿Tu crees que me importa si me hayas cojido o no Spreen? ¿Tu crees que me importa, si ya lo hiciste antes? —aquella voz ronca hizo eco en los oídos del azabache

Sabía que se había sonrojado, sus mejillas ardían como fuego y una rara sensación se apoderó de su pecho. No miró hacia la cámara o hizo algún gesto, estaba muriendo lentamente por una combinación de vergüenza, nervios y timidez.

Roier era de aquellos hombres a los cuales les importaba muy poco lo que él resto pensara, lo que creyeran o las estúpidas suposiciones que sus fans pudieran hacer. Aunque, por más valiente y confiado que sea, Spreen era todo lo contrario, un chico reservado, callado cuando quería y divertido en ocasiones correctas. Eran tan distintos y a la vez muy idénticos, tenían algo en común, algo que ni Iván con sus amigos más cercanos había logrado obtener.

Un extraño sentimiento de ansias al ver, escuchar o sentir al otro.

Spreen sabía que eso era consecuencia de lo que había pasado aquella noche antes de los premios Eslands. La noche en la que un Roier -ebrio- apareció en la puerta de su habitación, con una linda y delicada sonrisita en su rostro.

Desde ese momento Spreen supo que las cosas ya no serían como antes, como en el 2018, cuando jugaban Fornite y la pasaban bien, sin saber que terminarían alguna vez durmiendo juntos.

—No quería molestar. —dijo Roier, intentando sonar lo más sincero y pacifico posible

Aquellas gotas - muchas - de alcohol comenzaron a hacer efecto. Y por más que haya comido una hamburguesa, la sensación del vodka seguía impregnada en su cuerpo.

—No hay problema amigo, vos quedate y te regresas mañana, tranqui. —Iván sonrió amable

—Gracias.

No era por nada, pero aquel cuarto parecía haber sido la perfecta escena de algún crimen. La gaseosa que Carre había derramado estaba cubierta por una toalla y los vasos de shots estaban por el suelo, un total desastre.

𝗛𝗼𝘁𝗲𝗹 𝗿𝗼𝗼𝗺 - 𝘴𝘱𝘳𝘰𝘪𝘦𝘳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora