CAPITULO 10

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ARIEL

"Necesito hablar contigo"

"¿Qué pasa?"

"Nada grave, solo quiero hablar"

"Estoy en las gradas"

"Bien, ahora voy"

Me quedé en las gradas, sentada en el suelo y mordiéndome las uñas con ganas de llorar. Seguro que Michael venia a romper conmigo, seguro que venía a decirme que ya no quería nada conmigo porque no era más que una guarra. Dios yo no quería perder a Michael, yo le quería, aunque nunca se lo había dicho. Pero perderle ahora me iba a doler muchísimo.

Le vi acercarse desde lejos, con sus andares descuidados que me encantaban. Cuando llegó dejo la mochila en el suelo y me miró. Algo no me cuadraba, en sus ojos pude notar una mezcla entre felicidad y nerviosismo.

-Michael yo...-Empecé a hablar intentando explicarme pero él me interrumpió

-No, déjame hablar a mí.-Le miré confundida- Se lo que pasó entre tú y Luke en la fiesta de Lydia. Sé que os acostasteis.

-Lo siento Michael yo...yo estaba muy borracha juro que no quería hacerlo yo... Lo siento mucho de verdad-Empecé a hablar muy deprisa y a llorar, no quería que Michael tuviese una idea equivocada de mi. Pero él hizo algo que me desconcertó mucho. Se acercó a mí y me abrazó.

-No no no no...Shhhhh tranquila, no vengo a hablar de eso.-Le miré confundida.-Solo quería que supieras que lo sé, desde hace un año, Lydia me lo contó.-Yo no salía de mi asombro.-Solo quiero decirte que no me importa nada lo que hayas hecho porque yo se que te quiero, te necesito. Eres lo mejor que he tenido en la vida y sé que nunca quiero perderte, no me pidas perdón porque hace mucho que te perdone, te lo perdonaría todo si con eso me prometes que nunca te separarás de mi.

Me quedé atónita, no me esperaba para nada ese discurso de Michael, todo se me empezó a juntar en la cabeza, las peleas con mi madre, la idea de ir al psicólogo ahora esto. Mi vida había dejado de tener sentido, algo me decía que todo esto era una broma pesada. No sabía qué hacer ni dónde meterme. ¿Michael lo supo todo siempre?¿Y se lo había callado hasta ahora?¿Por qué precisamente hoy había decidido decirme todo esto? Yo no pensaba que todo eso siempre había sido obvio, me enamore de Michael desde el momento en que le vi pero nunca, imagine que tendría que decirlo. No soy nada buena poniendo mis sentimientos en palabras y menos con tantas cosas en la cabeza.

No sabía qué hacer, Michael me miraba expectante, yo simplemente miraba a todos los lados mientras mis lágrimas se secaban en mi rostro. Entonces un impulso se apoderó de mí, necesitaba correr, así que corrí. Dejé a Michael atrás y simplemente corrí.

 Corrí un buen rato casi hasta llegar a mi casa. Allí no había nadie y grité, grite mucho, subí a mi habitación y me tiré en la cama, me encendí un cigarro y dejé la mente en blanco hasta quedarme dormida. Cuando desperté habían pasado dos horas tan solo y tuve una revelación, no podía seguir allí necesitaba algo más que una noche de acampada para desconectar de todo lo que me rodeaba, mi mundo se venía abajo y necesitaba crear uno nuevo, necesitaba empezar de cero así que decidí escapar. Dejarlo todo atrás. Hacia unos años tenía una abuela que vivía a tan solo dos horas en San Diego, había muerto cuando yo era pequeña pero mamá Aiden y yo solíamos pasar allí las vacaciones.

Me puse a buscar las llaves de la casa como una loca, revolví todos los cajones de todas las habitaciones hasta que las encontré en un joyero de mi madre. Una vez localizadas las llaves cogí la maleta más grande que tenia y la llene de ropa hasta que casi ni se podía cerrar, luego cogí todo el dinero que tenia ahorrado para hacerme un mega tatuaje de todo el brazo y agarre algunos de mis libros favoritos y mi consola y lo cargué en el viejo coche que mi madre tenía metido en el garaje, era el primer coche que había tenido la familia antes de nacer yo.

Esperaba que aquella tartana funcionase aun. Mi madre tenía las llaves del vehículo guardadas en la guantera de este, puse las llaves en el contacto rezando por qué arrancase. Felizmente, lo hizo. Sonó un ruido un tanto extraño pero esperé que ese cacharro me llevase hasta San Diego. Me puse cómoda y me puse mis gafas de sol y emprendí el viaje hacia San Diego.

Paré un par de veces a echarle gasolina al coche y para comer algo, me llegaron varios mensajes al móvil pero los ignoré y apagué el teléfono. No quería que nadie me molestase. No tenía claro cuál era mi plan al llegar allí pero sabía que necesitaba esto, necesitaba sentirme totalmente libre.

Mientras conducía pensé en Michael, en su discurso, en lo asombrada que me había dejado y pensé en Aiden, en como él habría venido conmigo y en cómo era él, rememoré todos los buenos momentos que pasamos juntos. Luego pensé en mi madre, en cómo había reaccionado, siempre se ponía a llorar cuando discutíamos y sus argumentos eran siempre los mismos, a estas alturas ya debería estar acostumbrada pero parecía ser que no.

A las 7 de la tarde llegué por fin a San Diego, después de aparcar el coche entré en la casa. Dentro olía a cerrado, hacia mucho que no veníamos pero yo recordaba perfectamente cada rincón de la casa. Tenía tres habitaciones, dos baños y una cocina enorme. Fuera tenía un pequeño jardín, que, cuando era pequeña y mi abuela vivía solia estar lleno de flores, a mi abuela le encantaban, pero al morir ella no seguimos cuidándolas tanto. Tal vez yo volvería a plantarlas en el tiempo que estuviese aquí.

Abri todas las ventanas y respiré hondo, me sentí mejor que esta mañana, todo pareecia ir sobre ruedas. Por un momento pensé en mi madre, probablemente ya se había dado cuenta de que no estaba en casa pero decidí que eso era algo de lo que me ocuparía cuando llegase el momento, ahora mismo lo único que me preocupaba era instalarme en la casa y ordenar mis cosas.

Escogí la que desde siempre había sido mi habitación allí, estaba como la dejé la última vez que estuve, con mis fotos y posters en las paredes. Hacía mucho que no me sentía tan en casa.

REJECTED. [Luke Hemmings /\ Michael Clifford 5SOS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora