Olivia
"Me da igual cómo vayas a casa mientras llegues a tiempo a la cena privada de esta noche."
Eso es lo que Alejandro había dicho. Después había cerrado la puerta dejándome a cuadros. Si la bipolaridad pudiese ser una persona, ¿adivinad quién sería? Y para colmo había sugerido que Marco me llevase a casa ¡cómo si no tuviese piernas para poder caminar a la parada de bus más próxima!
Salto de la cama de Alejandro Ventura en una fracción de segundo cuando escucho la puerta de su piso cerrarse tras de él. Para nada puedo encontrarme a Marco ahora, no después de haber pasado la noche con su hermano en la misma cama. Y para que os quede claro: no pasó nada. Quiero decir, el periodo me está matando y tengo un dolor de ovarios horrible y aunque tuviésemos un momento en la bañera ahí se quedó todo, en cuanto pisamos la cama nos quedamos prácticamente K.O. ambos.
Dado que no tengo ropa limpia, decido que ya hay la suficiente confianza como para robarle a Alejandro unos pantalones de chándal negros y una sudadera a juego. Claramente me quedan ambas prendas gigantes pero no tengo más opciones. En el momento en el que me calzo lo zapatos escucho la puerta del piso abrirse.
Mierda. Por favor que sea la señora de la limpieza, por favor.
– ¿Alejandro eres tú? – pregunta Marco detrás de la puerta de la habitación en la que me encuentro. Cojo aire y me tapo la boca. Esto es demasiado vergonzoso para ser verdad. ¿A qué narices estoy jugando?
La puerta se entorna con cuidado, y me quedo inmóvil. Marco se asoma para cotillear y sus ojos se encuentran con los míos. Su cara de sorpresa no tiene precio pero en seguida se relaja y abre la puerta del todo para enfrentarse a mí.
– ¿En serio Olivia?
– ¿En serio qué? ¿no sabes llamar a la puerta o qué?
Recojo el resto de mi ropa desperdigada por el suelo y la meto de golpe en una bolsa de deporte que también robo a Alejandro. Me tiembla el pulso pero le sobrepaso y salgo de la habitación sin mirarle. Voy directa a la salida pero sus pasos me persiguen y en dos zancadas me alcanza y me sujeta del brazo. Me obliga a mirar esos ojos azules y ese pelo rubio que tanto me nubló la mente el día que lo invité a dormir a mi casa y nos besamos. En ese instante me doy cuenta de que ya he pasado dos noches, una con cada uno de los hermanos Ventura. Esto no está bien.
– No voy a preguntar lo que ha pasado en este piso esta noche porque ya sé la respuesta. – comenta soltándome el brazo.
– No ha pasado nada. Al igual que no pasó nada contigo. Y ahora si no te importa debo volver a mi casa y prepararme para la cena de esta noche. Al parecer tengo que cubrir el puesto de varios de vuestros camareros.
No se descifrar sus ojos azules que me miran con intensidad y curiosidad al mismo tiempo. Pero al menos no es la mirada aterradora que me encuentro a menudo cuando miro a Alejandro.
– Oh sí, la cena de hoy. Vendrá Camila con sus padres y unos amigos. Buena suerte con eso, pero dime Olivia, ¿sientes algo por Alejandro? Porque de ser así te estás equivocando de hermano.
¿Qué si siento algo por Alejandro? ¿qué si me estoy equivocando de hermano? Espera, espera, espera, esto no funciona así.
– Marco, siento mucho que me hayas encontrado aquí, pero no es lo que piensas desde luego.– miento aunque es evidente que no tengo excusa.– Y de todas formas, ¿a qué viene lo de equivocarse de hermano?
– Mientes más que hablas ¿lo sabías? – pregunta con una sonrisa. La conversación se destensa. Pero más que nada porque aún no hemos vivido tanto juntos como para que esto sea terriblemente incomodo, no le debo fidelidad ni mucho menos, ni tampoco explicaciones de lo que haga con mi vida privada. – Creo que si llegases a sentir algo por mi hermano o por mí, elegir a Alejandro sería cavarte tu propio hoyo.
– Marco aquí nadie está hablando de sentimientos. Ni tampoco de elegir a nadie ¿Qué coño te pasa? – pregunto irritada.
– Olivia, si sigues viéndote con mi hermano esta bomba te estallará en la cara. ¿acaso no has mirado por la ventana? Ya hay varios paparazzi esperando a ver quién es la chica que sale del piso de soltero de Alejandro. Si te ven salir, mañana saldrás en todas las portadas de revista y el compromiso de mi hermano con Camila se irá a la mierda y con ello nuestra familia.
Su cara se vuelve seria, aunque se toma su tiempo para dejar que aposente en mi cerebro las palabras que acaba de soltar por esa perfecta boca. En el fondo, algo de razón tiene. No me he parado a meditar las consecuencias que puede llegar a tener que los medios me vean salir de aquí. Pero creo que Alejandro tampoco. De hecho pareciese como si no le importase que todo su mundo se fuese al garete por mi culpa.
– Mierda.– confirmo.
– Sí. Mierda. – corrobora Marco. – Déjame que te saque del edificio en mi coche, lo he aparcado en el parquin subterráneo, no se darán cuenta si lo hacemos así.
– Está bien. Pero olvídate de sentimientos. Esto que tengo con ambos se acaba aquí y ahora. Si te soy sincera solo quería despejarme, me han roto el corazón, mi prometido me dejó plantada en un altar. No me juzgues si lo único que he intentado es olvidar lo humillante que ha sido mi vida estas últimas semanas.
– No te juzgo Olivia. Intento que estés a salvo e intento mantener la reputación de mi familia.
Durante unos segundos parecen años nos miramos intensamente queriendo decir algo más pero nada sale de nuestras bocas. Encontrarme con Marco ha sido como echarme encima un barreño de agua helada. He vuelto a tener los pies sobre la tierra. Mi conexión con ambos es algo que no puedo explicar pero que debo aprender a controlar o puede que no solo pierda mi trabajo sino que también destruya a una familia que por desgracia a empezado a importarme más de lo que debería.
– Vámonos.– dice quitándome la bolsa que llevo colgada para ayudarme.
...
– ¡¿Te has follado a Alejandro teniendo la regla?!– Mery se abalanza sobre mí y me avasalla a preguntas. Estamos en su casa, y solo queda media hora para tener que salir hacia Villa Ventura. He comido lasaña con sus padres y me he duchado en su casa, no me apetecía tener que dar explicaciones a mi madre de por qué no dormí en casa ni tampoco preguntarla que tal le fue con el tío de Camila.
– Por octava vez NO. Sigo siendo tan virgen como el día que me conociste ¿entendido?
– Tía tienes que saber que te admiro. Estás viviendo el sueño de media España. Tienes a los dos hermanos comiendo de tus manos ¿te has dado cuenta?
– Dirás que tengo a los dos hermanos más cabreados que nunca.– la corrijo poniéndole los ojos en blanco.
De repente una notificación llega a nuestros teléfonos. Suenan al unísono y es el inconfundible "ring" de la app de la revista "Loco Amor" cuando publican un nuevo artículo, la más popular entre la juventud para enterarte de cotilleos diarios. Antes de que pueda leerlo, Mery se adelanta y me agarra del brazo haciéndome daño con sus alargadas uñas de gel y me mira con los ojos como platos.
– Venga dispara.– comento mientras termino de maquillarme. Me zafo de su brazo. Qué dramática puede ser Mery a veces.
– Olivia creo que no quieres saberlo.
– ¿Por qué? – Pregunto mirándola de reojo, empiezo a preocuparme y la cojo el teléfono de las manos.
Se me cae el lápiz de ojos que estaba utilizando para pintarme la ralla al suelo.
"EXCLUSIVA: Camilla Derrosiers y Alejandro Ventura esperan su primer bebé juntos.
La pareja de veinteañeros más conocida de la Élite Europea ha comunicado la inesperada noticia en redes, donde podemos ver una foto de Camila mostrando un test de embarazo positivo. Además han anunciado que adelantan la fecha de la boda, ¡será en la Toscana Italiana!, en tan solo dos semanas ¿¡os lo podéis creer!? ¡Nosotros tampoco!"
Creo que he dejado de respirar. Y en seguida me doy cuenta de que solo he tocado la punta de un iceberg que es mucho más grande de lo que imaginaba.
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UN COCKTAIL PARA LA ÉLITE
Teen Fiction¡Bienvenidos a la desastrosa vida de Olivia Galán Galeano! A Olivia la acaban de dejar plantada en el altar. SÍ, como lo lees. Su prometido decidió que era buen momento para confesar que en realidad le gustan más los hombres que las mujeres. Si sig...