Tanto aguantar, pero, ¿para qué?.
Aguantar cansa, aguantar agobia. Creemos que al aguantar estamos amando, pero ni nos están amando, ni nos estamos amando a nosotros mismos.
Aguantamos esperando cambios, pero, ¿eso garantiza que los cambios llegarán? Nada garantiza.
Esperar es hacer un pacto con dejar perder el tiempo, el tiempo no aguanta ni un segundo.
Esperar es saber que mueres lentamente, o al menos tendrás la sensación de hacerlo, tal vez simplemente estás ahí, esperando que llegue tu hora.
Esperas seguir aguantando la vida, y en la vida también hay personas que esperan que los sigas aguantando a ellos, y cuando ya no lo haces, eres el malo y ellos la víctima. Aguantas tanto hasta que explotas.
Ya no quiero esperar nada, aunque sé que muchas cosas toman su tiempo. Ya no quiero esperar por nadie, y si me lo propongo tomaría el valor para hacer todo en el momento en el que quiero, como para ni siquiera esperar tanto por mí.
No quiero morir esperando, ni quiero aguantar cuando siento que muero, hasta esperaba creer que no moriría pronto, pero eso no lo sé.
Sólo ya no quiero aguantar la desesperación que me causa la espera, no quiero esperar cambios del prójimo, porque aunque no cambien, simplemente me rehúso a seguir aguantando cosas que no merezco.
Ya no quiero aguantar cosas que no me corresponden, y no me importa si nadie lo entiende, porque tampoco me sentaré a esperar a que alguien lo haga.
