* ೃ ༄. ꒰The water is breaking!/dilating꒱ 🍒 彡

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Advertencia: Días 14, 15 y 16 en un solo capítulo.




Había pasado casi una semana de que habían empezado las contracciones, que hasta el momento habían sido poco frecuentes. Pero extrañamente ese día se hicieron más intensas. Con esfuerzo y ayuda, Remus llegó al despacho de Dumbledore, quien como el mejor mago de todos los tiempos, los transportó (a él y Sirius) al hospital San Mungo.  

Ahí le dijeron a Remus que las contracciones irían aumentando y que los llamase cuando sintiera que la fuente se estaba rompiendo. Ninguno de los chicos sabía en qué momento comenzarían estas, así que se entretuvieron leyendo revistas que estaban ahí.

Hacia la hora del té fue cuando ocurrió. Remus se estaba levantando para ir al baño y en ese momento, sintió que algo se soltaba y sus pantalones quedaban mojados.
—¿Te hiciste del baño, Moony? —preguntó Sirius, sin afán de ofenderlo, pensó que a su novio le habían dado tantas ganas de mear que no…
—Sirius, ¡creó que rompí fuente! —exclamó con un gritó histérico. Sirius se apresuró en llamar a cualquier sanador que pudo y de inmediato Remus estaba siendo trasladado a una habitación.
Sirius no supo exactamente qué hacer, así que solamente siguió el camino de su Remus, quien estaba siendo recostado en la camilla.
—Lo sedaremos bastante… Nunca hemos tenido un parto masculino —le explicaron a Sirius las medimagas que había por ahí.
—No, no quiero sedantes… —dijo Remus con dificultad, sintiendo más y más dolor, como si el bebé estuviera tratando de abrirse camino por sí mismo.
—¿Él estará bien?
—No estamos seguras…
Sirius se quedó de pie, mientras le explicaban que en el caso de Remus, se necesitaba más trabajo uterino, pues era complicado que el bebé saliera y si no podía expulsarlo y tardaba tiempo en hacerlo, corría el riesgo de que él y el bebé murieran.
—No puedes morir ahora, Moony… —dijo para sí mismo. Se acercó a la camilla donde habían dejado a su novio, quien lo miró con el ceño fruncido.
—No me voy a morir…
Le quitaron la ropa muggle que se había puesto y le quitaron los pantalones a los que Lily les había tenido que hacer un encantamiento de extensión, abrieron sus piernas y el castaño tomó una de las manos del Black. Entonces fue cuando vio algo de metal y de repente su mano sufrió a la par que Remus gritó; al parecer le había hecho una incisión.
—Puja para que salga tu bebé… —dijo una de ellas.
Sirius no podría decir cuánto tiempo estuvo ahí, mientras Remus gritaba y lloraba y su mano sufría. Tal vez fueron horas las que estuvieron ahí, pero de repente sacaban las varitas y hacían hechizos no verbales que el pelinegro no sabía que causaban.
—Seguro no gritabas tanto mientras te la estaban poniendo dijo una, que definitivamente no era la primera que había hablado.
—¡Maggie! ¡Cállate!
En ese momento, los ojos de ambos novios se encontraron y los ojos de Remus se veían suplicantes.
—Aguanta un poco más, Moony…
Fueron más llantos y más momentos pujando, hasta que por fin, se escuchó un “ya nació” en la habitación. El bebé fue depositado en los brazos de Sirius, mientras el débil Remus se recuperaba. Una medimaga le ofreció una poción para dormir, pero él la rechazó, al menos hasta después de ver a su hijo. Sirius se la pasó y Remus lo contempló con ternura.
—Es muy lindo.
—¿Por qué no llora? —preguntó Sirius con preocupación, recordando vagamente que, cuando nació Regulus, allá en Grimmauld Place, éste lloró fuertemente, despertando a los retratos en la casa, quienes se habían alegrado por otro heredero Black.

Una medimaga se acercó a ellos tan pronto hubo escuchado eso.

—¿Cómo que no ha llorado? ¿No ha abierto ni la boquita? —la pareja negó con el terror en sus ojos. —Ay, no.

𝐋𝐈𝐅𝐄 𝐌𝐈𝐑𝐀𝐂𝐋𝐄 | wolfstarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora