Miré a mi alrededor y observé la oficina con curiosidad. Nuevamente mi vista repasaba el cuadro frente a mí; un paisaje que me causaba tranquilidad. Estaba tan bien detallado que muchas veces me pregunté cómo el autor de aquella obra de arte logró aquello pues, realmente era cautivador.
Llevaba un año en terapia y según la terapeuta, estaba mejorando.
Pedro abandonó mi hogar y mi vida sin decir palabra alguna. Cuando pensé que recapacitaría y volveríamos a hablar y buscar la mejor forma de poder sobrellevar su fama, Pedro no hizo llamada ni intentó comunicarse conmigo. Abandonó el país hacia el futuro que le esperaba en Europa en uno de los miles de proyectos que le habían ofrecido realizar en ese continente.
Con miedo, comencé a evitar internet e incluso mi teléfono celular. No podía soportal la idea de haberlo perdido, pero también sentía molesta y rabia con él. Mis sentimientos eran variados y se mezclaban entre si, presionando mi pecho y en muchas ocasiones, ya sintiendo como colapsaba ante tanto pensamiento en mi cabeza.
—No puedes seguir así. Vendrás conmigo. —Me dijo un día mi hermana. Había llegado a casa preocupada al no obtener respuesta alguna de mi paradero. —____________, no puedes evitar una vida a fuera por no querer saber de Pedro. Tienes que rehacer tu vida.
Mis ojos se humedecieron y mi garganta se apretó. Había tocado fondo.
Mi relación con la primera terapeuta fue un fiasco pues, con el tiempo me di cuenta que sólo quería saber más la vida del actor que como me sentía yo. No hubo relación alguna, me sentía incómoda y abrumada. Pedro no lograba salir de mi cabeza.
La segunda terapeuta fue quien actuó de forma neutra. Y me sentí segura de poder contarle aquello que me aquejaba. Una hora era bastante poco para poder desahogar lo que mi corazón roto tenía que decir, pero a las cuatro sesiones, sin decirme mucho, ella me hizo dar cuenta que todo lo que sentía, era dependencia emocional.
No entendía. Sólo lo vi como una ruptura normal. Pero claro estaba, no era. Lo que comenzó como tristeza, lo transformé en molestia. Pedro me había hecho daño de muchas formas y todo ello, camuflado por mi concepto de amor.
—¿Que no te haya querido presentar como un romance oficial en varias ocasiones considerando que ya tenían una relación, no te parece una conducta evasiva para él? —Me preguntó la terapeuta un día.
—Pues, la verdad es que no queríamos problemas con las redes, ni con sus fans. Ya sabe, los rumores...
—Pero tengo entendido que a ti te parecía irrelevante aquello. —Comentó, mientras anotaba en su cuadernillo.
—Si, digo... —Y negué sin saber qué responder.
Me di cuenta que ambos nunca tuvimos claro lo que queríamos.
***
Caminé por las calles de New York en busca de una tienda de ropa. Necesitaba un vestido de gala puesto que mi hermana había anunciado su casamiento con su prometido. Después de un año, pensé, podía salir al centro comercial sin tener aquella fantasía de que Pedro aparecería y volveríamos a tener la vida que teníamos. Esta vez, estaba confiada y con el corazón más calmado. Las piezas rotas se estaban acomodando a su lugar original y yo, me sentía mucho más plena.
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Pedro Pascal - Joel Miller || One Shots
FanfictionPedro Pascal || Joel Miller here One Shots