Poesía en vida

01/08/2022 #04, Amargo

Vaya amargura la que se ha apoderado de mi vida desde ese fatídico día en que decidí ya no volver a caer en tí.

Mi mirada ya no es la misma, el ceño fruncido volvió a mi vida amargando aquella penetrante mirada de mis ojos marrones que después de lágrimas nocturnas amanecen colorados por todas las penas que dejaste.

Que amargos me saben los labios de otras bocas que no son la tuya, como si de morder los granos de café que te pedía dejar por tu ansiedad se tratasen. Sin embargo sabes que a mi me gusta el café sin azúcar y los besos apasionados.

Que amargo siento el corazón, aquel que un día latió por tí y que hoy anda destrozado y sin rumbo recolectando pequeñas brazas de amor para mantener su fuego encendido.

Que amarga la música que vive en aquella lista. Lista que parece saber lo mucho que me duele tu partida y que buscase de un modo u otro recordarme que ya no estamos más destinados a estar juntos. Sin embargo las mejores melodías siempre serán las que más sentimientos despierten en uno.

Que amargo no poder ver mi película favorita de mi héroe por aquella canción que en algún momento de mi vida sonaba como una promesa para nosotros, pero que solamente yo fuí el que la mantuvo en pie.

Que amarga me sabe la piel de otras mujeres, que al entrar en contacto con mi lengua desmotivada solo generan estímulos ajenos a los míos y no me permiten disfrutar del acto.

Que amargo el olor de mis sábanas y almohadas durante la mañana, cuando entro en razón que no fue contigo con quien me he revolcado sobre ellas durante toda la noche.

Que amargo siento el dulce sabor del Baileys, lamentablemente es el único trago que acompañado de unos cubos grandes de hielo sobre un vaso achatado, me sabe a aquella bella tarde en la cual consagramos una hermosa mentira.

Que amargo siento el sabor de los helados de limón, aquellas paletas que en algún momento fueron mis favoritas y que ahora me saben a pura amargura por el triste recuerdo que las siguen.

Que amargo siento el día de hoy, día en el que hace un año formamos nuestro primer abrazo, beso e incluso la primera de muchas veces que estuve dentro de tí con la excusa aquella que en algún momento llamamos "amor".

Que amargo siento el presente, presente en el que nos hemos despedido para no vernos más, dando cierre a un agridulce capítulo de mi vida en el cual me viví la mentira que serías mi último amor.

Lo que más amargo me sabe de todo esto es la gigantezca pereza que me dá reformular todo un plan de vida en el cuál tú ya no estarás, pero cual tarea de universidad debo cumplir si deseo llegar a ser alguien en esta vida.

Que sabor tan amargo el que me sabe todo, pero reitero, mi café me gusta así, amargo.