Capitulo 1

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Todo molestaba y dolía, los malditos pájaros, la maldita luz, la maldita todo.

Me queje y me levante del suelo de... Mire alrededor. Por lo que sé, se supone que esta es la sala de estar de mi casa, aun que le hacen falta el mobiliario, estaba casi segura de que si era. Camine hacia la cocina en busca de agua, ignore el dolor punzante de mi cabeza con cada paso que daba. ¿Y mis padres? Argh lo más seguro es que estén en el patio o en su habitación, ¿A quién le interesa? Bebí toda el agua de un trago y deje el vaso en el recibidor. Camine dos pasos antes de parar y mirar mi mano. ¿Pero qué mierda? Jadié.  Me hicieron un tatuaje... los malditos locos me hicieron un maldito tatuaje.

Gemí. Ahora sería la chica tatuada. Subí las escaleras y me dirigí hacia el baño para tomar una ducha. No puedo creer que mis padres me hicieran un tatuaje mientras estaba lo más ebria que había estado en toda mi vida, y eso significaba vomitar... Corrí al baño y vomite en el retrete. Me siento del asco, todo es un asco. Cerré los ojos con fuerza. Veamos...

Llegue a mi casa y todos los amigos de mis padres y algunos míos (con eso me refiero a Miranda y Joe, los únicos amigos de mi edad) estaban aquí para celebrar mi cumpleaños número diecisiete. Reímos, obtuve regalos, abrazos, felicitaciones y después llego el Vodka seguido por su mejor amigo el Tequila... después... Mis padres cantando y yo bailando en la mesa... Yo diciéndoles a todos que los amo (que horror)... Nada, negro, oscuridad, vacio. Nada. Tome mi cabeza entre mis brazos apretándola. Creo que me quede así diez minutos antes de escuchar movimiento en la parte de abajo. Baje tan rápido como pude y entre a la cocina topándome con mi madre, y si, sin importar las lagañas en sus ojos o el nido en su cabeza, ella se seguía viendo resplandeciente. Cuando me vio sonrió, o trato de hacerlo. Levante mi mano derecha mostrándole el tatuaje y alce una ceja.

-¿Un tatuaje? ¿En serio? ¿Cómo paso eso?

-No lo sé, no recuerdo nada. Pregúntale a tu padre, lo más seguro es que él si lo recuerde.- Hizo un movimiento desdeñoso con su mano y subió las escaleras.

Decidí que lo mejor sería preparar café para todos, mucho café y muy cargado. A paso lento, muy lento, llegue a la puerta de mis padres con dos tazas.

-pregunto...- Escuche la voz de mi madre al otro lado de la puerta.

-Beth, no va a seguir preguntando, en serio, a parte solo decimos que lo olvidamos o algo y no creo que insista. Te lo prometo.- Ese era mi padre, y ambos no se escuchaban con mucha resaca que digamos.  ¿Se supone que hablan de qué? ¿El tatuaje? Esto solo aumento mi curiosidad sobre el dibujo tintado en mi mano.

Toque la puerta con el pie tratando de no derramar el contenido de la taza. Mi madre fue quien abrió y tomo el café en cuanto lo vio en mi mano, en cambio me acerque a mi padre y le entregue el suyo mientras me sentaba en la cama.

-Así que... ¿Un tatuaje he? No me imagine ese como mi regalo.- Trate de sonar lo más natural que pude.

-Sí, yo tampoco me lo imagine.- Contraataco mi padre.

-¿Saben que es lo más extraño?- Mire a mi madre sabiendo que ella sería la primera en decírmelo si presionaba. Si, lo sé es muy cruel y malvado de mi parte manipular a mi madre, pero vamos ¿Un tatuaje, ellos siendo misteriosos, susurrando, tratando de mentirme? Eso es totalmente nuevo y sé que hay algo grande detrás de esto, o tal vez solo estoy aburrida.- Que jamás me haría un dragón, es ridículo, yo me habría hecho algo más... pequeño.

Escuche como mi padre y mi madre casi se atragantan con su café.

-¿Un dragón?- Pregunto mi padre como si no lo supiera.

-Sí, un dragón.- Y por segunda vez en el día alce mi mano dejando ver la cabeza del dragón que comenzaba en la palma de mi mano, se iba enredado en mi muñeca y terminaba debajo de la mitad de mi antebrazo interior.

Lennils ~Tatuaje de Dragón~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora