El Prisionero De Azkaban: Desde La Perspectiva de Athenea

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La lectura sobre las garras del hipogrifo todavía mantienen a muchos temblando, sobre todo a los Malfoy. Tom, quien había dejando el libro tranquilamente sobre la mesa y observando entretenido como Damián comía los nuggets en forma de estrellas deformes que se le dio.

- Bueno, eso dio mucho miedo y mucho de que pensar - señalo Muriel

- Como por ejemplo, empujar a Miller hacía un hipogrifo - se burló Roger

- Sigo tentado - habló Athenea - Y Blaise también

- Blaise siempre quiere golpear gente - habló tranquilo Draco

- Todos en la vida somos Blaise - se burló Phineas, así su futuro yerno

- Vaya, no encuentro fallas en su lógica - niega Lord Prince

- Comenzaremos el siguiente capítulo, ¿Quién lee? - cuestiona Hadriel

- Yo - sonríe Muriel

El libro pasa a sus manos, la tinta mancha todo y pronto, el nuevo título llega de manera sorpresiva.

-Capítulo Ocho: Desde la perspectiva de Athenea LeFay- lee la dama Prewett, ganando una mirada y atención de muchos

Jackson y Regulus miraron el libro y después a su hija. Athenea por su parte se encontraba preparada, ella no tenía nada que ocultar, ella no tenía porque esconderse, jamás.

Athenea Jacqueline LeFay Black, heredera a la casa LeFay, bonito nombre y título, ¿No? Nombre dado por sus padres cuando nació, un nombre que amo desde que supo pronunciarlo, desde que supo de su existencia.

Athenea tenía exactamente diez meses cuando perdió a su padre gestor y seis meses después perdió a su padre, exactamente la noche del treinta y uno de octubre.

Los futuros LeFay se juntaron lo más que pudieron, mientras que el mayor pasaba su mano por la cintura del Black más joven.

Ella era todavía una bebé, cuando llego al cuidado de Damián Riddle, junto a su primo, el heredero Hadriel Potter.

Damián (a quien consideraba su hermano mayor) solo tenía dieciocho años cuando decidió hacerse cargo de ellos, asumiendo también el papel como director general y dueño de la juguetería Smile, juguetería que era de su madre, pero, aun así, había logrado criarlos de manera correcta. Un gesto noble que muchos, pues él solo era un "niño" cuando tomo a otros dos bajo su cuidado.

- Para sorpresa de muchos - susurra Hayden

- ¡Hey! - exclama Damián ofendido - ¡Soy muy bueno criando niños!

- Serás un gran padre - dijo tranquila Lady Flamel

Tom tiembla en solo pensar que alguien estuviera involucrado con su pequeño hijo. ¡Su pequeño era tan puro e inocente, no podía con eso!

Pero siempre sentiría que faltaba algo, sus padres.

Los corazones de Jackson y Regulus temblaron.

Lo que había logrado recopilar todos esos años, es que su padre era doctor, uno de los más prestigiosos; de esos que todos pedían que le atendieran y también era heredero a una gran casa, mientras que su padre gestor, era un mago muy fuerte, hábil y perfecto, ¡Cuánto los admiraba sin conocerlos!

Conforme pasaban los años, había dejado de preguntar por sus padres y familia, pero claramente parecía que a Damián no le molestaba responder preguntas, pero ella gustaba mejor de guardarse lo que sentía.

- Algo que te he dicho que no hagas - reprendió gentilmente Damián a Athenea obteniendo como respuesta que ella le sacara la lengua

Creció de manera asombrosa, siempre tan bien educada que muchos creían que ella era algún tipo de sueño, pues las niñas de hoy en día; rara vez tenían buenos modales.

𝐋𝐞𝐲𝐞𝐧𝐝𝐨 𝐄𝐥 𝐑𝐞𝐲 𝐄𝐬𝐭𝐞𝐥𝐚𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora