Casi ángeles

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-Dime, ¿Qué piensas de los humanos?

Vlad se sorprendió que Deyan finalmente se dignara en hablarle. Siempre estaba callada, y no emitía nada sin antes haberlo pensado bastante bien. En aquel momento Vlad se encontraba preguntándose en cómo pudo Deyan ocultar el color de sus ojos cuando se presentó ante el infierno. Claramente no sabía que asuntos tenía que hacer allí, pero para que tomara esa decisión de manera tan precipitada tenía que suponerse de algo importante y más si se trataba del Seol.

Vlad se quedó pensando por un momento en la pregunta que su compañera le había formulado. La verdad era que él no pensaba mucho en las personas terrestres, mucho menos en su postura frente a ellos. Sin embargo, sabía que si mostraba su ignorancia respecto al tema perdería una oportunidad única de hablar con ella, o mejor, de conocerla mejor.

-Creo que son muy interesantes.-explicó con un tono misterioso. No quería mostrarse inquieto y menos nervioso. Miró hacia su alrededor, habían muchas personas cruzando con la mentes centradas en sus asuntos.-A veces me sorprenden, pero otras veces me decepcionan.

-¿En qué te sorprenden?.

-Son muy listos. Saben lo que hacen, algunos poseen capacidades que los ha llevado a crear cosas asombrosas. Quieren obtener más, pero también tienen miedo del cambio que eso conllevará. En mi trabajo como ángel oscuro no me preocupé mucho por estudiarlos a detalle, pero sé que la mayoría de mis compañeros los odiaban porque el Todopoderoso dió su vida para darles otra oportunidad.

Y Vlad no exageraba. El mismo infierno tenía muy bien guardado en su corazón un sentimiento de odio y rencor hacia los humanos, la creación de Dios. Si bien ya era suficiente con la creación de la tierra en seis días, con la hermosa flora e impetuosa fauna que el Creador impuso en la faz de la tierra, la creación del hombre a semejanza del mismo Dios era un privilegio que ni ellos pudieron obtener.

Lo veían como un gran ultraje a diferencia suya.

-Creo que el hecho de que Dios haya creado al hombre a su semejanza fue suficiente premisa para encolerizar al infierno.-dijo Vlad molesto de recordar aquel suceso. Recordó que aquel día vio cómo muchos de sus compañeros juraban mil veces destruir la figura del hombre, de corromperla al igual que todo lo que Dios había creado.

Salmos 8:5

Le has hecho poco menor que los ángeles,

Y lo coronaste de gloria y de honra.

-Como si, a pesar de la reciente guerra que había ocurrido en el cielo Dios los hubiera olvidado y diera conocer ante el universo la existencia de su grandeza con la creación de la tierra, con criaturas nunca antes vistas. Con elegantes plantas y frondosos bosques bañados por mares cristalinos que reflejaban el gozo y la alegría que Dios puso en hacerla.-especificó Deyaneira. Vlad había comprado un par de helados y le había ofrecido uno. Ella negó con su cabeza ligeramente y Vlad prosiguió a acabarse los dos helados mientras que ella continuaba hablando.

-Exacto, y fue por ello que cuando vieron al hombre, vieron a Dios en él. Como viva imagen de su hijo, una idea brillante que a nadie se le hubiera ocurrido-añadió Vlad.-nosotros estamos aquí en la tierra transformados en estos cuerpos, cuando en verdad nuestra forma angelical es otra.

-Ahora que lo mencionas, ¿tu forma angelical ha sido la de un humano?-preguntó Deyaneira con curiosidad.

-¡Sí! Fui de los pocos que al igual que tú teníamos una apariencia más cercana a la del creador. Recuerdo que cuando estaba en el cielo, los principados, las potestades y los querubines poseían una apariencia distinta y que solo pocos ángeles, los "adoradores" teníamos esta apariencia pero con alas.

Ángel Guardián [CRISTIANA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora