quimio ☆ kooktae

21.

Taehyung pasó semanas en el hospital, y Jungkook seguía junto a él, a pesar de que todo lo que pasaba allí, esperarlo, le afectaba, verlo igual que el día anterior, sin tener noticias de cómo se encontraba, si podría curarse o si aún había que esperar.

La última buena noticia que habían recibido fue que su cuerpo había recibido el transplante sin problemas, aunque tampoco tenía mucho sistema inmunológico de sobra para pelear contra lo único que podría salvarlo.

Aún así, debía quedarse en el hospital porque estaba bastante débil, y tenían que esperar meses para saber si estaba finalmente curado, por ahora, debía conformarse con que el transplante funciona.

Fue una noche, en la que Jungkook pidió permiso especialmente para llevar un regalo a Taehyung, un pastel, de vainilla con chocolate y crema, decorado con fresas, todas cosas que el mayor sabía que a su novio le gustaban.

—¡Kim Taehyung! —Jungkook entró de golpe y gritando a su habitación, haciendo que el menor diera un salto y lo insultara, cargaba con una caja en su mano, con el pastel. —Sorpresa, cariño.

—¿Es alcohol? —preguntó el menor.

—No, pero tiene.

—¿En serio?

—No.

Taehyung hizo un puchero.

—Eres un pésimo novio, no me pasas alcohol al hospital.

—Pues tú eres un novio aún peor porque te olvidaste de nuestro aniversario. —Jungkook hizo un puchero aún más marcado

Taehyung abrió sus ojos ampliamente y se puso rojo de vergüenza.

—Lo siento, Jungkook no, no, yo...

—Por eso te lo recuerdo hoy, porque es mañana. —Jungkkook levantó la tapa de la caja, mostrando el pastel con frutillas que decía "Feliz aniversario", escrito en chocolate —Admiro la letra del pastelero, yo no puedo escribir ni mi nombre así de bonito.

Taehyung soltó una risa y quiso golpearlo por haberlo asustado con algo así, por un momento sí se había sentido mal.

—¿Por qué hay un pastel de aniversario el día anterior a nuestro aniversario?

—Porque es para después de la cena romántica que vamos a tener, me quedaré la noche contigo y ya pasadas las doce será oficial, duh.

Se miraron hasta que Taehyung sonrió de forma tonta.

—¿No serás muy bueno conmigo, no? —preguntó, haciendo que Jungkook no entendiera del todo, pero que una parte se sintiera halagado —Demasiado bueno para mí.

—¿Quién eres tú para decir que tanto de bueno mereces? Mereces más que yo.

Taehyung negó.

—Merezco menos que tú.

—Error. —dijo Jungkook, buscó una silla y se sentó a su lado —Por cierto, ¿mencioné lo de la cena romántica, no? —Taehyung asintió —Bueno, es pollo frito.

—Oh. —Taehyung estaba dispuesto a hacer el chiste, pero Jungkook habló más rápido.

—Y velas románticas de mentira porque no me dejaron incendiar el hospital. —Jungkook sacó del bolsillo de su abrigo unas velas pequeñas, de batería, con un pequeño foco de luz que imitaba a una llama pero de forma muy mediocre.

Fue prendiendo una por una con cada uno de sus pequeños botones, encendiendo una luz amarilla en cada velita falsa, dejándolas al rededor de Taehyung en la fea camilla.

—Te la estás ingeniando mucho, Jungkookie.

—Todo para mí Taehyungie. —dijo y dejó un beso en su nariz.

Se quedaron hablando largo rato, Taehyung estaba ruborizado y se veía hermoso a la luz de la velas, aunque fueran falsas, y Jungkook sólo pudo admirarlo, tan bonito y encantador, se volvió a enamorar de él a cada segundo.

El mayor había prometido no cortarse el pelo hasta que Taehyung estuviera de alta, así que lo llevaba largo por debajo de la mandíbula y casi siempre se lo ataba, a Taehyung le gustaba jugar con él, y se dedicaba a hacerle trenzas y a probar distintos peinados, al final, terminó haciéndole una trenza cosida cuando el enfermero tocó la puerta antes de entrar, interrumpiendo para traer su comida.

Con un balde grande de pollo frito, varias salsas y gaseosa, Taehyung pensó que nada estaba mal.

Estaban terminando de comer cuando una alarma sonó, Jungkook asintió, limpiando sus manos en sus pantalones haciendo que Taehyung lo recriminara, antes de cortar la alarma de su celular.

—Oficialmente, Taehyung, es nuestro aniversario  —dijo, mostrando su celular, que marcaba la medianoche, dejó el aparato a un lado para tomar ambas manos del menor entre las suyas

—¿Sabes cuánto cumplimos hoy, nene?

—¿Tres meses? —Taehyung alzó una ceja.

—Muy bien, tres meses, ¿,Y sabes hace cuánto que te conozco?

—Más de siete, casi ocho meses.

—Se nota que eras bueno en matemáticas, joder, que me acuerdo de nuestro aniversario pero porque es mi cumpleaños pero en otro mes.

Taehyung rió, Jungkook sin duda era mucho más tonto de lo que alguna vez creyó.

—Quería decirte que eres una de las personas más maravillosas que hay en este mundo, y tengo suerte de haberte encontrado a ti entre todas las personas del planeta, y quiero que tengas muy claro que sin ti, Taehyung... No lo habría logrado.

—Kook...

—Déjame terminar, impaciente. Cómo te decía... Te amo mucho, Taehyung, y te amo para mucho tiempo más.

Taehyung se mordía el labio con una sonrisa.

—Ahora sí, puedes hablar, que yo sé que quieres.

—Jungkook... Lo siento, pero yo no tengo preparado nada bonito para ti ahora.

—¿Yo pedí algo?

—No, pero...

—Taehyung. —Jungkook alzó sus cejas. —Tú sola presencia en suficiente para mí.

Taehyung sonrió y era tanta su vergüenza y nervios que no pudo decir nada por unos segundos.

—Te amo mucho, Jungkook, de una manera que no creí que fuera capaz de volver a amar, en realidad, es incluso más grande que la última vez. —Ilevó una manito a su corazón. —Gracias por estar conmigo este tiempo, incluso en el difícil.

—Más que nada en el difícil, porque te amo de verdad, Taehyung.

—No lo dudo, Jungkook. —susurró Taehyung.

—¿Beso de aniversario y después pastel? —preguntó el mayor, y el otro asintió, tomó sus mejillas y juntaron sus labios en un beso lento, sus lenguas se encontraron con suavidad, y ligeros chasquidos se escucharon por lo bajo.

Taehyung enrredó sus dedos en el cabello del mayor, entre los mechones de la trenza que él le había hecho, y no pudo evitar sonreír.

Disfrutó del contacto y de las caricias de los labios del mayor en los suyos, estiró el momento todo lo que pudo, e hizo del beso eterno en su mente.