Capítulo 7

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ANTERIORMENTE...

Un segundo llamado, le hizo reaccionar, por lo que se levantó a abrir la puerta, esperando que no sea uno de esos testigos de lo que sea, que no le dejarían en paz hasta que terminasen de hablar de los beneficios de creer en quien sabe que.

Demian: *Que no sean ellos, que no sean ellos, que no sean ellos* -rogó en su mente mientras habría la puerta- ¿Aló? ¿Quién toc....?

???: ¿Vas a quedarte viéndome como si hubieses visto un fantasma o vas a dejarme entrar? -dijo con gracia una mujer de castaños cabellos y ojos dorados como la miel-.

Demian: Mamá... 

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Madre e hijo se miraron fijamente durante unos segundos, antes de que el pelinegro saltara sobre la mujer, envolviéndola en un amoroso abrazo, que la mujer correspondió rápidamente, después de todo, Margaret Green solo veía a su querido hijo, una vez al mes.

Demian: No tienes idea de cuanto te extrañé -dijo con voz entrecortada-.

Margaret: También yo, dime ¿Te has alimentado bien? ¿Tus cuentas están en orden? ¿Cuántas veces visitaste el hospital este mes? ¿Ya conseguiste novia? -acribilló con preguntas la feliz pero preocupada mujer-.

Demian: Todo está bien mamá, me eh alimentado correctamente, mis cuentas ya fueron facturadas, solo visité el hospital 8 veces este mes y no mamá, no conseguí novia -respondió en orden el pelinegro- Pero ¿Qué haces aquí mamá? se supone que llegarías en una semana.

Margaret: Bueno, pedí salir unos días antes para poder pasar algo de tiempo contigo, aunque eso se descontará de mi sueldo, pero no es algo importante -dijo sonriente- Ahora, que tal si te preparo el desayuno mientras me cuentas como te va en la escuela.

La mujer entró rápidamente, dejando su maleta en el sofá de la sala para luego dirigirse a la cocina, mientras el pelinegro tenía la peligrosa sensación de estar olvidando algo realmente importante.

Dicha sensación cobró sentido cuando la puerta principal fue nuevamente abierta, por una mujer pelirrosa, que sonrió al ver que el pelinegro ya estaba levantado.

Red Heart: Oh Demian, estás despierto -dijo sonriente, pero se confundió al ver que el pelinegro la veía con muchos nervios- ¿Sucede algo? Luces como aquella vez en la que fuiste perseguido por el perro de Greyhoof.

Demian: *Oh no, no, no no no, esto es malo, muy malo, debo hacer que se valla, antes de que mamá note que está aquí* -pensó totalmente nervioso y asustado- Red Heart, tienes que ir...

Margaret: Demi, querido ¿Me recuerdas donde está el azúcar? -preguntó feliz, pero su rostro paso de uno sonriente a uno totalmente sombrío al notar a la mujer pelirrosa que se encontraba en la sala- Red Heart...

Red Heart: Margaret... -dijo con tono de fastidio y el ceño fruncido-.

Margaret: ¿Qué crees que haces en MÍ casa? -preguntó amenazante-.

Red Heart: Al parecer, lo que tu no eres capaz de hacer -dijo molesta mientras abrazaba al pelinegro por los hombros- cuidar de TÚ hijo.

Margaret: ¡No creas que no se lo que tratas de hacer! -dijo arrebatándole al pelinegro y abrazándolo de manera protectora- ¡Como no pudiste quedarte con Tadeus, planeas tomar a mi hijo en su lugar!

Red Heart: ¡¿Por qué siempre buscas la manera de Meter a Tadeus en esto?! -se quejó la pelirrosa- ¡Nada de esto tiene que ver con él!

Margaret: ¡Que otra razón tendrías para acercarte a mi hijo, si no es para engatusarlo y profanarlo! -dijo apretando su abrazo sobre el pelinegro, dejando al pobre chico sin aire-.

La Extraña Vida de un Fracasado (My Little Pony: Equestria Girl)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora