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"Da igual. Al fin y al cabo todo esto es un sueño, ¿verdad?"



Antes de que Jin se pudiera volver loca del todo, las puertas de un ascensor que no se había dado cuenta de que estaba ahí se abrieron, todo el mundo entró y Jin no se iba a quedar quieta, así que cogió la muñeca de Kana y se metió en el con ella

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Antes de que Jin se pudiera volver loca del todo, las puertas de un ascensor que no se había dado cuenta de que estaba ahí se abrieron, todo el mundo entró y Jin no se iba a quedar quieta, así que cogió la muñeca de Kana y se metió en el con ella. Notaba una mirada, aquel hombre, el de pelo largo y barba le miraba con una mirada que no le gustaba nada.

Dejo de mirar a aquel señor, el ascensor se había abierto, y cuando se pudo ver lo que había fuera supo que iba a ser mucho más difícil de lo había pensado porque detrás de la puerta del ascensor había una selva, las demás personas miraban el sitio sorprendidos, todos menos el rubio de la esquina, el estaba igual que antes, neutral. Cuando entraron había un temporizador de 2 minutos

"Los ladrones tendrán una ventaja de 2 minutos para esconderse"

Después de eso solo vio a los chicas corriendo seguidas de los chicos, cuando miró alrededor vio la cárcel, era un cuadrado bastante grande rodeado de barrotes, imposible de escapar, pero eso no fue lo que le llamó la atención, lo que le llamó la atención fue que al lado de la cárcel había una mesa con 2 pistolas, se acercó y las cogió, obviamente ella se quedaría una, pero la otra a quien se la podría dar? A Kana no, no es capaz de matar ni a una mosca, la señora Nakamura? no, no parecía muy capaz, luego estaba el señor de barba. 

"Ni de coña"- pensó. Ese señor le había dado miedo desde que le vio, no le iba a dar una pistola, por último estaba el rubio, no le conocía, pero tenía cara de poder aguantar el hecho de haber matado a una persona, ya está, la pistola era para el, se acercó a el.

Ella tan solo se acercó al rubio y le extendió la mano con la pistola en ella. El rubio la miraba a los ojos, hacía que le entrara un pequeño escalofrío.

La quieres?- El rubio no contesto, tan solo cogió la pistola, se la guardo y luego la volvió a mirar fijamente a los ojos. Le recordaba a un gato, misterioso y silencioso.

Gracias- Dijo el. Jin llevaba mucho tiempo escuchando mentiras, y sabía que esa era una.

"engreído"- Antes de que pudiera decir nada sintió una mano en su hombro, cuando se giró vio a la persona que menos quería ver, al señor raro con barba.

Hola guapa- A Jin se le pusieron los pelos de gallina.

Que quieres.-

Ey, no te enfades, solo te quería preguntar como te llamas- Su sonrisa... la odiaba.

No te importa-

Survive||Alice in borderlandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora