Una vez que Erika y la otra chica salieron por la puerta, Bertram se planteó por unos instantes el seguirlas. Sin embargo, pronto olvidó esa idea debido a algo que llamó su atención repentinamente: las copas de sangre que aún estaban sobre la mesa. Parecía que le hablaban y deseaban que las bebiera. No fue capaz de reprimir el impulso. Buscó con una mirada disimulada al camarero y, aprovechando que aquel estaba a otras cosas y no miraba, vació lo que quedaba de la copa en su boca. Poco parecía importarle ya la procedencia de la sangre. Tras una nueva mirada para controlar qué hacía el barman, también se tomó de un trago largo la bebida que había dejado Erika sin empezar. Pensó en las ratas que habían contribuido en llenar esas copas de sangre y les agradeció el haberse sacrificado para servirle de alimento.
Finalmente, decidió volver al apartamento que le habían preparado. Ya había tenido suficientes vivencias esa noche y, además, pronto amanecería. Aunque en ese lugar estaba totalmente protegido del Sol, notaba como el cansancio hacía mella en él. En su corta vida como vampiro, había tenido la sensación de que durante el día sus movimientos eran más torpes y lentos. Así como su mente, que empezaba a nublarse al estar cercano el amanecer.
Al llegar a su dormitorio y mirarse en uno de los espejos del armario, se percató de las manchas de sangre que tenía alrededor de la boca. Accedió al aseo para lavarse la cara, pero justo delante del lavabo sintió una gran arcada. Tras haberla contenido, llegó otra más fuerte unos segundos después, expulsando toda la sangre que acababa de beber. Resignado y tras terminar de lavarse, volvió al dormitorio y se sentó en la cama para dar desde ahí una última inspección a la estancia. Una vez que se cercioró que todo estaba en orden, se desplomó hacia atrás a propósito, aliviado por poder descansar tranquilamente en las próximas horas. Aprovechó para rebobinar los recuerdos de esa noche: desde las conversaciones que tuvo con Erika, Garet y Trebet, el encuentro con Volker Banach, el recibimiento de Alger, la llegada a Stuttgart y el viaje en tren desde Vennysbourg. Hasta el inicio de esa noche, cuando abandonó su casa y vio por última vez a su familia.
A una distancia prudencial de tres números desde su hogar, Bertram observaba cómo su mujer y su hijo bajaban del coche de su suegro. El niño corría impaciente hacia la puerta de su casa, tocando el timbre insistentemente y sin esperar a que su madre llegara con las llaves. Parecía que el chaval tenía muchas ganas de poder reencontrarse con él. Pero, por desgracia, no iba a ser así. Bertram estaba poniendo tierra de por medio, sin despedirse de ellos. Todo por protegerlos de su bestia interior. Tenía la sensación de que no se habían visto desde hacía varios días. De hecho, no había coincidido con ellos en casa desde que fue convertido en vampiro, a pesar de haber pasado una jornada allí.– ¿Y por qué no han estado en casa estos días atrás y llegan ahora? – se preguntó Bertram extrañado mientras caía en el más absoluto sueño. – Ahora han muerto porque yo no estaba allí con ellos...
La puerta del hogar se abrió y un niño entró corriendo, inundando el pasillo con el ruido de su voz.
– ¡¡Papá!! ¡¡Papá!! ¿Has vuelto?
En el salón se encontraba Bertram terminando de encender el fuego de la chimenea. Giró la cabeza y pudo ver a su hijo que corría contento hacia él. El niño dio un salto hacia Bertram y se fundieron en un fuerte abrazo.
– Te he echado mucho de menos, papá.
– Y yo a ti también, Bertram. – le respondió el padre a su hijo mientras le despeinaba el pelo. – Estás helado. Quítate el abrigo y ponte junto a la chimenea para entrar en calor.
– Vale. – dijo el niño mientras obedecía a su padre. – Por cierto, hoy me ha dicho Roderick Sevald que tienes que hablar con él.
– Gracias por avisarme, mañana iré a verle. – contestó Bertram. – Voy a ayudar a tu madre con vuestras maletas. Quédate aquí y no salgas a la puerta, o te volverás a enfriar.
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Bertram Kastner: El Origen Olvidado
VampirosEl periodista de investigación Bertram Kastner despierta en un edificio abandonado. Enseguida descubre que su vida ha cambiado de forma radical, siendo un gran peligro para su familia. Por ello, decide abandonar su ciudad en busca de respuestas sobr...