Flores. 'Sproier'

Flores.

La cosa favorita de Roier en todo el mundo eran las flores. Cualquier tipo de flor le hacía feliz, desde la más diminuta hasta la más gigante.

Había descubierto su amor por estas después que descubrió aquel patio que tenía su abuela, lleno de flores y plantas que solían tapar su vista.

El único trabajo que tenía al ir a casa de su abuela era mantener vivas a esas plantas que tanto adoraba, eran uno mismo. A veces sentía que solo ellas podían entenderlo aún así no se pudieran comunicar.

Era su única escapatoria a todo lo que sucedía en su vida, sus constantes lesiones, los comentarios homofobicos por su padre, y muchas más cosas.

Arrancaba cada espina de las flores y las pasaba por encima de su piel, dibujando pequeñas estrellas en sus cicatrices.

Era alguien social en su preparatoria, tenía bastantes amigos pero sólo varios sobresalían de ellos.

Aldo, Mariana, Quackity, Rivers y Spreen.

Todos sabían que Roier babeaba por Spreen, era la persona menos disimulada a la hora de tener una mínima interacción con el, como el típico cliché o historia de Wattpad.

Su cara se ponía roja cuando hablaban, se trataba al hablar, no podía mirarlo a los ojos sin pena, pequeños coqueteos que tenían repuesta pero no los devolvía, agarradas de mano, besos en la mejilla, mimos en la cabeza, etc.

Pero la cosa más importante para el era cuando

Spreen le regalaba flores.

Ese hombre lo tenía bastante mal, Spreen sabía de aquella obsesión de Roier por las flores, sabía que su planta o flor favorita eran los tulipanes.

Los tulipanes de todo tipo de color, el simplemente los adoraba, adoraba su olor y el cómo nacían.

Spreen todos los días le daba una flor, así como rosas, girasoles, lavanda, orquídeas, pero, en fechas especiales eran los tulipanes.

Cuando le propuso a Roier que fueran pareja le dio un ramo gigante de tulipanes, recibió mucha ayuda de todos sus amigos, Carre, Juan, Rivers, Mariana, Aldo, Quackity, Ari, etc. La reacción sincera de Roier fue un:

"No mames wey, neta agárrenme que siento que esto es sacado de un pinché capítulo de la Rosa que vi ayer"

"¿Entonces si aceptas ser mi novio, wacho?"

"Por supuesto que si mi rey"

Ahora todos los días comenzó a darle tulipanes, todos los días eran días especiales para el, porque sabía que estaba con su lindo amor.

Roier siempre las recibía de la manera más feliz posible, aún así hubiera días que simplemente no soportaba. En un momento comenzó a recibirlas forzosamente y al otro...

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Spreen se levantó por el molesto ruido de su alarma. De verdad que no tenía nada de ganas de levantarse para ir a trabajar, pero lo hacía por su pareja.

Tocó el lado donde Roier dormía pero estaba vacío, seguramente se fue más temprano al trabajo para avanzar más.

Spreen se levantó y se puso toda su ropa, listo para atender a gente en esa acogedora florería. Era como un segundo hogar para el.

Al llegar al trabajo su primer cliente fue Carre, al parecer venía a comprar tulipanes, recordó que es una de las flores favoritas de su novio, así que no pudo evitar sonreír.

'¿Cómo te va boludo? ¿Cómo te has sentido?'

'Bien wacho ¿y vos? las cosas han ido bien con Roier y nuestra pequeña casa'

'¿Con Roier?'

'Si boludo, acordate'

Carre estaba apunto de hablar de nuevo pero la campana de la florería sonó. Al parecer habían llegado muchos más clientes, así que Spreen no podía perder el tiempo.

'Bueno wacho, tengo que atender, después charlamos'

Spreen comenzó a atender a los demás clientes, Carre solo se fue con aquellos tulipanes que quien sabe para quien eran, pero eran bastantes especiales.

El día se pasó rápido, llegó la hora de salida, tomó varios tulipanes para llevarle a su amado. Que de seguro lo estaría esperando con ansías en casa

Se subió a su carro y manejó hasta llegar a su destino.

Bajo de su carro y comenzó a caminar, ya que no había un estacionamiento propio a casa. Estaba algo oscuro por lo que uso la linterna de su celular para guiarse poco a poco, el camino para el nunca ha tenido pierde.

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Se arrodilló ante el.

Sebastián 'Roier'
2001 - 20**
Amado hijo y nieto.
Brillaste mas que las estrellas.
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'Hola corazón, vengo a dejarte tus tulipanes diarios, lo siento por no haberte visitado antes, esto está siendo difícil para mi como para todos'.

Se recargó ante la lápida de su amado y dejó los tulipanes ahí, seguía sintiendo que el estaba ahí, abrazándolo y ordenando su cabello.

A veces no sentía que Roier estuviera lejos, siempre lo sentía cerca, siempre sentía que estaba ahí haciendo chistes, siendo coqueto o tímido.

Quería seguir luchando, pero a la vez quería estar cerca de su novio. Siempre hablaba de él como si estuviera aquí, por esa razón sus amigos siempre lo miraban de una manera extraña, como con cierta lástima.

Su novio murió de camino a casa, un camión lo arrolló.
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'¿Pero porque chingados un camión me arrolló? No seas mamon, quita eso sprin'.

'Tenía que darle más emoción a la historia, boludo'.

'No quiero que un camión me atropelle, pon algo mucho más original'.

Spreen y Roier estaban tomando un café en la florería. Spreen estaba haciendo un ensayo y era de una historia trágica, la victima siempre era Roier.

Nada de lo anterior era mentira, solamente su muerte.

Los dos estaban sanando, Roier había logrado estar mejor con ayuda de Spreen.

Ambos vivían en la misma casa, trabajaban en la misma florería y estudiaban en la misma universidad, Roier era como un chicle pegado a Spreen, nunca lo soltaba.

'¿Entonces que hago?'.

'No me hagas morir a mi, tal vez a Carre o Aldo, yo que chingados se'.

Un final feliz para una pareja feliz.