No se que sentir...

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Era de día significaba que sam tenía que volver al colegio, así que se arreglo y se fue con Sofía, como siempre.

Al llegar se hizo en la silla que se había hecho el día anterior y mientras hablaba con sus amigas llego Sebastián, sam lo vio entrar y pues sólo lo vio y siguió hablando con sus amigas.

Sonó el timbre y mientras la clase transcurría el solo miraba a Sebastián, es que para su vista tenía algo que le gustaba no sabía muy bien que era pero le gustaba, y así se la paso toda la clase.

Era hora de salir al descanso así que salió con su amiga isabella, mientras caminaban se encontró en repetidas y transcurridas veces a Sebastián, por cada pasillo que pasaban el estaba ahí, y pues Sam solo lo veía.

Era hora de entrar a clase y todo fue normal y el lo siguió mirando.

- ¿que tanto miras Sam? - pregunto Isabella a Sam

- A ese niño, Sebastián, me parece lindo.

- Ah con que te parece lindo, pues no lo es tanto pero es aceptable

Sam solo se rio.

Tocó clase de educación física así que fueron al Coliseo y tenían que jugar cualquier juego que quisieran y mientras jugaban a Sebastián se le cayó en balón y cayó al lado de Sam, el lo recibió y miro aver de quien era, cuando vio que era de Sebastián y le dieron mariposas en su estómago, pero le tiro el balón, se sintió feliz.

Ya era hora de ir a casa, así que se fueron y el no paraba de pensar en el, el no lo admitía todavía pero era más que obvio que le gustaba.

Llegó a casa y se puso a chatear con Isabella

-oye Isa, ¿tu que sabes de Sebastián?

-pues casi nada, solo se que estudió conmigo en primaria

- ¿y al menos sabes cuantos años tiene o algo así?

- en realidad no

Sam se fue a contarle a su amiga Mary todo lo que estaba pasando.

- hoy me pase todo el día viendo a Sebastián, es que me parece muy lindo

- JESUS LE ESTA GUSTANDO ALGUIEN NO LO PUEDO CREER

- pero

- sin peros, admitalo

- no me gusta solo me parece lindo

Mary sabia perfectamente que le gustaba solo que el no lo admitía.

En la tarde crearon el grupo del Salón y Sam se puse a ver los números y encontró el de Sebastian, y pues sólo lo agregó por si acaso.

llegó la noche y se puso a pensar si tal vez le hablaba a Sebastián, pero mejor no lo hizo y fue a dormir.

En realidad Sam sabia que se estaba enamorando de alguien que le rompería el corazón.

Dale una oportunidad al cielo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora