Capítulo IX

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El sol había aparecido muy pronto, luego de estar casi toda la madrugada vomitando, ________ ya no estaba en la cama, no quería levantarme pero hoy era el día que vendrían los países que querían separarse y el evento se llevaría acabo en el palacio de la Zarzuela, agradecía que mis padres decidieran hacer en la tarde el evento.Tenía mucho tiempo para hacer todo.


— ¿Cómo te sientes? — volteo a mirar a _______ que se encuentra recargada en el marco de la habitación. — Me he preocupado por ti, has pasado toda la madrugada vomitando — se acerca a la cama y se sienta en la orilla.


— Ya estoy mejor — le regalo una sonrisa mientras cierro los ojos ante sus caricias en mi mejilla. — Debo cumplir con mis deberes del día — intento levantarme pero ella lo evita.


— No te preocupes, yo me encargare de tus deberes, debes descansar — niego.


— No, ya tienes suficiente con los tuyos — niega. — Será demasiado para ti, deja me preparo y te ayudo — sonríe.


— No será demasiado para mí, lo hago porque me preocupo por ti, por tu salud y por... — iba a decir algo pero se detuvo. — Porque te quiero — sonríe.


Suspiro. — No te darás tu brazo a torcer, ¿verdad? — murmura un no. — Esta bien, descansare hasta que sea el evento —.


— Me alegra escuchar eso, pedí que te trajeran un desayuno ligero, te veré antes del evento — deja un pequeño beso en mi frente. — No olvides descansar — la veo irse de la habitación.


Me levanto de la cama con dirección al baño, debía prepararme para pasar toda la mañana descansando, ¿Qué voy a hacer?, es raro tener tantas horas libres.


Tal vez vaya al jardín a disfrutar del día o a la biblioteca familiar, ya lo veré después.


Minutos después...


Terminaba de cepillar mi cabello, veía algunos cambios en mi, sabía que era por el embarazo y que mi madre no tardaría en notarlos, a ella no se le pasa nada, baje la mirada a mi vientre y lleve mi mano ahí, acaricie con cuidado.


Toc...toc...toc...


Pequeños golpes en la puerta me sacan de mi burbuja y dejo todo lo que hacía.


— Adelante — me coloco de pie en medio de la habitación.


— Disculpe princesa, su esposa nos ha mandado a dejarle su desayuno — señala la bandeja que tiene en manos otra sirvienta. — Ella le ha preparado algo ligero — se queda en silencio con lo último que dijo.


— Por favor no le diga a la princesa _______ que hemos revelado que fue ella quien preparo el desayuno para usted — dice rápidamente la otra sirvienta.


— No se preocupen, pueden dejarlo en la mesa y no le diré nada a mi esposa — ellas asienten.

The Crown (Leonor de España y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora