Bostezo

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El ardor en sus ojos había llegado al grado de obligarla a retirarse las gafas para descansar su vista, no recordaba cuándo fue la última vez que permaneció despierta tanto tiempo realizando pilas enormes de papeleo. Dejó salir un largo suspiro antes de levantarse de su asiento para caminar un poco en la habitación, le dolía la espalda por haber estado sentada durante varias horas, incluso llegó a pensar que había perdido la movilidad de las piernas ya que había llegado un punto en el que dejó de sentirlas; un bostezo se le escapó del cuerpo mientras estiraba los brazos hacia arriba, respiró profundamente y colocó ambas manos en su espalda baja para llevar el cuerpo hacia atrás con mucho cuidado de manera que pudiera estirarse, emitiendo un leve quejido al tiempo que algunos de sus huesos tronaban con la acción.

La puerta de su oficina fue abierta en el instante que ella se enderezaba, Moblit había regresado con dos tazas de té negro en una bandeja donde, además, Hange pudo ver un par de pastelillos. Al igual que ella, Moblit lucía demacrado, el cansancio en él era demasiado notorio por sus ojeras y la coloración rojiza que habían adquirido sus ojos; el subteniente la había acompañado en su jornada para ayudarla con todo el trabajo que le encargaron, por lo que tampoco había dormido en los casi tres días que llevaban pegados al escritorio sin descansar.

—Odio a la legión.

—Odias la burocracia —replicó Moblit—, sobre todo cuando el comandante te asigna trabajo una vez que logró acumularlo en una montaña de papel.

—Entonces odio a Erwin, él es el culpable de que estemos así. —Se acercó al escritorio para tomar una de las tazas de té que Moblit había llevado—. Estoy a nada de renunciar.

—Ya falta poco para que terminemos.

—No, me refiero a dejar el cuerpo de exploración. Todo este trabajo está acabando conmigo —dijo para beber un poco de su té, sintiendo cómo lo cálido del mismo relajaba su cuerpo poco a poco.

—Si te vas, me voy contigo.

—¿De qué hablas? El escuadrón va a necesitar un capitán.

—No voy a ocupar ese puesto si no estás conmigo.

—¿Necesitas que esté a tu lado?

—Sin ti nada tiene sentido.

La respuesta de Moblit provocó que las mejillas de Hange adquirieran un tono rojizo y al percatarse de ello no pudo hacer más que evadir la mirada de su superior. Viendo lo avergonzado que estaba, Hange no pudo evitar una risa nerviosa se le escapara, había olvidado que Moblit solía sincerarse de tal forma cada vez que se embriagaba o pasaba varios días sin dormir; a pesar de odiar esas jornadas de papeleo, debía admitir que le gustaban porque podía pasar tiempo con Moblit y de vez en cuando podía escucharlo decir algo que delatara sus sentimientos hacia ella, ocasionando que una felicidad la invadiera ante el sentimiento correspondido que había entre los dos.

—Creo que deberíamos...

—Seguir trabajando, sí.

Colocando sus tazas semi vacías en la bandeja, Moblit dejó salir un bostezo que de inmediato provocó en Hange uno igual. Los dos se vieron fijamente antes de reírse por lo mal que se veían ante el cansancio, a la vista de los demás estarían irreconocibles, pero ellos ya se habían acostumbrado a ver esa apariencia demacrada del otro gracias a todas las veces que pasaron en vela trabajando.

—¿Aún quieres renunciar? —preguntó Moblit mientras retiraba el mechón del cabello de Hange que se había soltado cubriéndole el ojo.

—Creo que puedo quedarme un poco más —respondió esbozando una pequeña sonrisa que se esfumó con un nuevo bostezo que no pudo evitar soltar.

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★ Fecha: 23 de marzo 2023.
★ Tiempo: 1 hora (06:00–07:00).
★ Extensión: 608 palabras.

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