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—¿Que carajos se supone que paso? —Mire a Cronos

—¿Y Alessio?

—Él...

—¿Donde está?

—No me dijo, solo me dijo que viniera

—¿Se escuchaba mal?

—No lo sé ¿Cómo estás?

—Estoy bien, pero necesito encontrar a mi marido

Tenía dos costillas rotas, quemaduras de segundo grado en la parte de los disparos, Cristiano me llevo a casa junto a Gia, Alessio no estaba en ningún lado, no contestaba mis llamadas, nada, me estaba preocupando

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Tenía dos costillas rotas, quemaduras de segundo grado en la parte de los disparos, Cristiano me llevo a casa junto a Gia, Alessio no estaba en ningún lado, no contestaba mis llamadas, nada, me estaba preocupando.

—deberíamos seguir buscando —Mencione

—Debes descansar —Hablo Cornos —Rouses mañana los buscarás

—¿No lo encontraste?

—No

A bajar por las escaleras del edificio vi lo que hizo, los cadáveres, Nicolás y Constantino no habían hecho nada.

—Yo iré a verlo en un último lugar e iré a dentro —Aclare, ellos se miraron y asintieron

Camine hasta el antiguo granero, entre y camine hasta la parte del desván, las luces estaban apagadas, mire el lugar estaba cubierto de polvo. Camine pasando por la cortina que separaba los cuartos del resto del lugar y lo encontré sentado en su cama, no era una cama más, parecía un catre, él levantó la cabeza, me miro, su mirada estaba vacía, oscura, perdida

—¿Que haces aquí? Deberías estar en hospital

—Alessio Caruso no vuelvas hacer esto, estaba tan preocupada

—Te necesito —Susurro, me acerque a él, parándome frente a él, sus manos se posaron sobre mi cadera —Rouses —Lo mire —No puedo ser tierno ahora

—Estoy bien —Asegure, tocando su rostro

Sus manos se metieron por debajo de mi falda y bajaron mis bragas, envolvió mi falta alrededor de mi cintura, se zafó el pantalón, cuando su falo estuvo afuera me acerco a él penetrándome de inmediato. Un gemido escapo de mi boca al no estar tan lubricada, me aferré a sus hombros, sus manos se aferraron a mi cintura, un gemido de dolor se escapó de mi boca por la presión en mis costillas.

Sus arremetidas fueron más rápidas, sentí su corrida en mi interior, su cabeza estaba en mi cuello besándolo, acaricie su cabello

—Ángel

—Alessio —Levanto la cabeza —¿Está bien? —No dijo nada y volvió a esconder su cara en mi cuello

—Debo llevarte a casa —Asentí, salió de mí y me puse las bragas, me dolía las costillas mucho, me di la vuelta para que no lo notara, baje mi falda. —Aumente la seguridad —Me quede quieta —No pienso pasar por esto otra vez, no quiero pensar que esto puede pasar, yo debí contestar el celular, no puedo, enójate todo lo que quieras...

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