Al ver el ceño fruncido en el rostro de Janet, Ethan siguió su mirada hasta su reloj, y en unos segundos, se dio cuenta de lo que estaba pensando. "Es una imitación, y además me la prestó un amigo", le susurró al oído. "Por lo general, lo uso para lucir genial, pero no esperaba que lo notaras pronto".
Dicho eso, se quitó el reloj y se lo metió en el bolsillo.
"Parece real", dijo ella con una sonrisa para luego dar un paso atrás y tratar de cubrir sus oídos, los cuales sentía ardiendo en llamas.
Ethan estaba inclinado tan cerca que ella podía sentir su aliento soplando en sus oídos cuando le susurró.
Mientras pensaba en ello, se dio cuenta de que era normal que un hombre como Ethan tuviera un amigo que vendía imitaciones de cosas caras.
Por alguna razón, respiró aliviada, y es que se había asustado al pensar que Ethan había hecho algo ilegal.
Él frunció el ceño, pues había escuchado que la hija de la familia Lind había tenido varios novios y salía con diferentes hombres todo el tiempo. Teniendo eso en cuenta, su timidez lo sorprendió un poco.
"Ya el novio está aquí. ¿Por qué la boda no ha comenzado todavía?", preguntó una dulce voz de mujer.
Sonriente, Jocelyn avanzó del brazo de su novio. "Ya que el novio llegó, permítanme presentarles a mi novio", dijo, elevando la voz a propósito. "Él es Steve Carter, el hijo mayor de su familia. Y en vista de que ahora todos somos familia, Steve y yo podemos ayudarlos en el futuro".
Steve rápidamente bajó la cabeza como si estuviera demasiado avergonzado como para siquiera mirar a Janet a los ojos.
Cuando esta lo vio llegar con Jocelyn, no sintió nada, y de hecho fingió que era la primera vez que se veían, por lo que comentó a la ligera: "Buena presentación, Jocelyn. No obstante, tu novio actual es diferente al que vi la semana pasada. Me pregunto si vas a estar con él o no la que viene".
Cuando esta lo vio llegar con Jocelyn, no sintió nada, y de hecho fingió que era la primera vez que se veían, por lo que comentó a la ligera: "Buena presentación, Jocelyn. No obstante, tu novio actual es diferente al que vi la semana pasada. Me pregunto si vas a estar con él o no la que viene".
La sonrisa fingida de Steve se puso rígida al instante.
Sonriendo avergonzada, Jocelyn le lanzó a Janet una mirada asesina e ipso facto cambió de tema. "Bueno, si quieres, puedo referir a Ethan a la empresa de la familia Carter. Estoy segura de que ellos estarían dispuestos a acogerlo aunque no tenga conocimientos técnicos. Tal vez pudiese hacer tareas como tr
apear el piso y limpiar el inodoro o ese tipo de cosas. Después de todo, es mejor tener un trabajo de verdad que vagar sin hacer nada después de estar casados".
Al escuchar eso, Janet le dio una nerviosa mirada de reojo a Ethan. Inesperadamente, a él no parecieron importarle esas palabras insultantes, y esbozando una cálida sonrisa, simplemente agitó la mano con desdén. "No, gracias. Me gusta deambular por ahí".
Al no haber obtenido la reacción que esperaba, el rostro de Jocelyn decayó, y ella volvió a su asiento con mal humor, arrastrando a Steve a su lado.
Pronto el sacerdote llegó, y la boda se llevó a cabo.
Una vez que todo concluyó, Ethan llevó a Janet a una pequeña casa en los suburbios.
El lugar era pequeño y viejo, pero al menos tenían una casa a la cual ir. Esta parecía vacía y solo contaba con artículos de primera necesidad. De hecho, Janet sintió que eran adiciones recientes simplemente por la boda. Ethan era un hombre alto y musculoso, por lo que el espacio angosto de alguna manera parecía más pequeño después de que él entrara.
Teniendo en cuenta lo visto, parecía obvio que él apenas llegaba a fin de mes.
"Esta es mi casa. Confórmate con eso", dijo con un casual encogimiento de hombros como si no se avergonzara en lo más mínimo.
"Es una casa pequeña, pero se ve ordenada, y creo que estaremos bien aquí los dos".
Janet fue sincera. Lo cierto era que aunque la casa parecía no estar en el mejor estado, Ethan la había mantenido bien. De hecho, el jardín se veía limpio y la casa, impecable. Sin embargo, no se sentía como un hogar porque estaba demasiado vacía, y eso tal vez se debía a que Ethan rara vez se quedaba allí.
Mientras miraba a su alrededor, Janet vio que Ethan se había quitado la chaqueta del traje, la había puesto en una silla de madera y que ahora se estaba desabrochando la camisa blanca. Ella pasó su mirada como un escáner a través de su cuerpo, y al ver los músculos tonificados debajo de la tela, pensó que ese hombre había estado haciendo ejercicio regularmente.
Sintiendo su mirada, Ethan giró la cabeza y se encontró con los ojos ansiosos de Janet, de modo que se detuvo y se le acercó. "Has estado ocupada todo el día. ¿Quieres ducharte primero?", le preguntó.