Cuando las Máscaras se Caen

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Capítulo 13

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Capítulo 13

Cuando las Máscaras se Caen

Empresa Escalante

"El Piso de la Muerte"

Ya es de noche. El resto del personal se ha ido. Adriano se ha mantenido en su espacio de trabajo, muy concentrado en completar las tareas que quedaron pendientes. Respetando la petición de Margarita, se ha dirigido a ella únicamente para consultar temas relacionados a la campaña; quiere evitar incomodarla nuevamente. Ella por su parte, lo mira constantemente de reojo... lo percibe serio y distante.  En un intento desesperado, se levanta de su asiento para ver si él, la sigue con la mirada... pero eso no pasa. Completamente frustrada, regresa a su asiento y se obliga a concentrarse nuevamente en el escrito.  

Adriano, culmina su última tarea. Recoge sus cosas y se dirige al escritorio de Margarita:

—¿Usted se va a quedar más tiempo?

Margarita, le contesta nerviosa:

—... Sí. Quiero adelantar la mayor cantidad de trabajo posible.

Adriano, observa su comportamiento y asiente por obligación. En estos momentos, desea apagarle la computadora y pedirle que se vaya a su casa a descansar; Pero no puede hacer eso, ella es su jefa y él un simple empleado... hoy se lo ha dejado más claro que nunca.

—Pues... Ya me voy. Que termine pronto. —Continúa estático, mirándola.

Margarita asiente; Le sostiene la mirada:

—Gracias... Que pase buenas noches.

Él, interrumpe el contacto visual:

—Igualmente. —Sale de la oficina.

Margarita, se siente a morir. Intenta reanudar su escrito varias veces, pero se desconcentra constantemente pensando en la actitud indiferente de Adriano.

Se reclama:

—¿¡Por qué le tuve que decir lo del maldito trato profesional!? Ahora sí lo alejé de mí para siempre... soy una estúp... —Es interrumpida por la apertura de la puerta—. Adriano... ¿Que hace aquí?

Él, titubea:

—Es que... el piso está completamente vacío y oscuro... Y no quiero dejarla sola.

En el rostro de ella se refleja una sonrisa:

—Pensé que lo decía... porque le daba miedo andar solo por ahí. —Adriano, no puede evitar sonreír, baja la cabeza y permanece callado.

Margarita— Gracias por preocuparse, ¿Ya registró su salida?

Adriano— Sí.

Margarita— Ya estoy por terminar... ¿Esto no le traerá problemas en su casa?

Adriano— Ya había dejado dicho que llegaría tarde, así que con Alicia no va haber problema.

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