Frank.
Entre todos los pirados de esta casa, me destrozaron por completo. No podía apenas moverme, me habían llevado hasta la cárcel en la que dormiría y pasaría la mayoría del tiempo mientras estuviese en este horrible lugar, si es que alguna vez llegara a salir de aquí. Me dejaron tirado en el suelo. Ni si quiera fueron para dejarme sobre la cama. Aunque luego unos hombres se la llevaron, sin dejarme nada donde acostarme.
"Eso es lo que te mereces, pedazo de mierda" Me había dicho el tal De Luque, o como yo prefería llamarlo, el chiflado hijo de puta.
No podía moverme, sin sentir más dolor aún, así que me quedé quieto.
De vez en cuando, escuchaba pasos cerca, pero nunca aparecía nadie, hasta que vi la silueta de Samuel tras las rejas.
—No te daré de cenar. Y mañana no comerás en todo el día. Ve acostumbrándote si vas a comportarte así —Hizo una pausa para sonreír y volvió a hablar, burlándose de mi situación, para volver a desaparecer de allí—. Que duermas bien en tu cómoda cama.
Estuve esperando a esos sirvientes que vendrían a currar mis heridas, pero nadie vino. Ese cabrón no mandó a nadie porque intenté escaparme. ¿Acaso es raro que quiera salir corriendo de aquí?
Me quedé pensando durante un rato, recordando el momento en el que salí de allí. Cómo Luzu me hizo creer que correría conmigo hasta la salida, pero en cambio se quedó sentado al lado de su compañero pirado. Desde luego se parecían mucho.
No quería creer que había perdido a Luzu, pero esa forma de golpearme... Esos ojos, distantes, que miraban a la nada cruelmente y con frialdad... ¿Lo estaría, realmente, perdiendo? ¿O hacía lo que fuera para que ambos pudiéramos escapar de aquí cuanto antes?
Fuera cual fuese la respuesta, no podía perdonar a Luzu... Aunque... si lo pensaba bien... Fue todo por mi culpa. Yo le insistí en venir aquí, pese a que él me advirtió un par de veces sobre lo que podría conllevar el visitar este lugar. Ojalá le hubiera hecho caso. Ya ni siquiera quería saber sobre su pasado. Ya no importaba eso, sólo el salir de aquí.
Mi cuerpo se iba debilitando por momentos, hasta que el sueño terminó por aparecer, cerrándome los ojos a su paso.
(...)
Pasaron tres días de sufrimiento, en los que, al menos, no fui golpeado, pero tuve que acatar cualquier orden ridícula que ejerciera Luzu sobre mí.
Con un poco de suerte, conseguí quedarme unos segundos a solas con él, donde pudo decirme que debía hacer todo lo que se le ordenara y que pronto podríamos volver a casa.
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Duros caminos del destino [Wigetta y Lutaxx]
FanfictionEsta es la historia de cuatro chicos, de los cuales sus vidas se cruzarán entre ellos, tal como el destino. Samuel es un chico millonario, al cual su padre lo consentía en todo, un día chocaron con un chico, el cual se reconocería como regalo para s...