El lobo vestido de oveja

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Christopher 🌀

La alarma sonó igual que siempre a las 5:30 AM, él se despertó de inmediato, salió de las sábanas y se estiró un poco, luego se levantó, se dirigió al baño, y se paró frente al espejo.

—Hoy será un día inolvidable, lo decreto. _Dijo mirando su reflejo_

Tomó su Cepillo de dientes y le puso la crema dental, luego comenzó a lavarlos. Al terminar se quitó la ropa y entró a la ducha, siempre se bañaba con agua fría ya que por estudiar medicina sabía que eso ayudaba a la circulación de la sangre y evitaba que las glándulas sebáceas de la piel produjeran exceso de  grasa, lo contrario del agua tibia, cuidaba muy bien su piel, y se mantenía en forma.

Christopher era un chico bastante atractivo, con cabello castaño claro, ojos medianamente rasgados color marrón, nariz perfilada y algo grande, labios carnosos pero no demasiado, y un cuerpo que cualquier chico de veinte años envidiaría, abdomen marcado, brazos y piernas tonificadas, y lo más importante, una personalidad muy linda y agradable, todas estas cosas lo hacían un chico muy especial.

Después de ducharse, se vistió con una ropa casual para ir a la universidad, arregló su cabello, y se colocó su perfume de siempre, aquel de esos cuyo aroma es sutil pero embriagante. Estando listo fué a la cocina y comenzó a hacerle el desayuno a su hermana.

Sus padres habían muerto cuando el tenía 15 años, desde ese entonces el tuvo que hacerse cargo de su pequeña hermana, a la cuál cuido y protegió como la niña de sus ojos.

— Mmm huele delicioso. _Dijo ella entrando a la cocina con su lindo uniforme_

—Preparé tu favorito, Hotcakes con chocolate. _Le respondió él_

—Eres el mejor hermano del mundo. _Se acercó y lo abrazó cálidamente_

Sirvió el desayuno y se sentaron a comer juntos.

—¿Me podrías comprar el nuevo labial de Loreal?

—¿Labial? Pero no sueles usar labial, solo bálsamo.

—Es que me quiero ver linda...

—¿Linda? Ya eres linda.

—Osea me quiero ver más linda.

—¿Linda para quién? ¿Te gusta algún chico? _La miró tratando de descifrar sus ojos_

—Eh nop, nada que ver, solo quiero verme bien y ya.

El la miró no muy convencido, la conocía perfectamente y sabía que eso de maquillarse no era solo para "verse linda", sinó porque de seguro le gustaba un chico, pero a su edad era normal, la pequeña Hannah solo tenía 15 años.

—Está bien, te compraré el labial, pero cuando regreses tu y yo tendremos una conversación, ¿Ok, señorita?

—Ajá. _Se acercó y lo abrazó_ Eres el mejor hermano del mundo, ¿sabías eso, Chrisito?

—Sí, gracias por el halago, pero igual conversaremos cuando regreses, no te vas a zafar de ello, pequeña. _La abrazó y luego dejó un besito en su frente_ que tengas un lindo día.

—Tu igual Chrisito. _Tomó su mochila_

—Oye... ¿No vas a terminar tu desayuno?

—Voy tarde, adiós. _Dijo yendo a la puerta_

—Adiós.

Hannah salió de la casa y caminó hasta la parada de autobuses, en dónde una chica la esperaba, Yeji, su mejor amiga y compañera de clases. Después el autobús llegó y ambas se subieron y se sentaron juntas.

Corazones PalpitantesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora