Esta es la historia de un experimento. No fue algo planificado, ni mucho menos, pero surgió a raíz del segundo contacto femenino por DM que recibí en Twitter. Si el primero quedó documentado, aunque enmascarado, en #LosAmoresDeAndreyMorales, esta es la historia más o menos novelada del segundo.
Lo primero de todo, describir el entorno de pruebas: usé un ordenador aislado, sólo para este propósito, y la idea fue siempre limitarme al ecosistema de Twitter. Nada de abrir la puerta a hackeos de ningún tipo si insistían en hacer videoconferencias o cualquier otro invento.
La lástima fue que, para que funcionase, no podía cambiar mi foto de perfil (ni crearme un perfil nuevo, claro), pero durante los días que duró sí limité las interacciones públicas de carácter más personal al mínimo, confiando en que los datos de verdad quedarían sepultados por toneladas de banalidades.
Veremos después que tanta precaución, que nunca está de más, no la cumplía en absoluto la otra parte.
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June
Humor¿Quién no ha recibido un mensaje privado con una invitación a sumergirse en un mundo peligroso? ¿Quién no ha aceptado esa invitación?
