Lorcan condujo demasiado a prisa hasta llegar a la zona residencial donde vivía. Las calles de su ciudad siempre estaban plagadas de un tránsito infernal, por lo que tuvo que ser temerario, no podía esperar mucho tiempo para llegar porque sabía que terminaría follándose al pobre chico con el auto aparcado en cualquier esquina. Y aunque su casa quedaba bastante alejada del Royal Garden, entraron por la puerta de su pent-house solo unos pocos minutos después de haber comenzado su travesía. Tal vez la prudencia no era virtud de un lobo hambriento.
Dexian tenía los labios enrojecidos y ardientes por todos los besos que había recibido en el trayecto, demasiado seguidos, demasiado profundos, y cuando la puerta principal del apartamento se cerró sintió como el alfa lo tomó por el cuello y lo volvió a besar con la misma intensidad y con la misma locura. El joven había perdido la capacidad de raciocinio desde que percibió su aroma en el restaurante y aun así su perdición llegó mucho más lejos cuando su lengua le invadió la boca por primera vez, haciendo que todo su cuerpo temblara y su lobo se rindiera en su interior, como un gatito asustado.
La lengua de su alfa le aportó mil años de vida, era dulce y provocativa, lo invitaba a desbordarse como nunca antes y era justo lo que estaba haciendo en ese momento, mientras Lorcan lo arrastraba por todos lados, contra las paredes, sobre el respaldo de una mesa, encima del buró de la entrada. Si alguna vez Dexian se había sentido mojado, ese día supo cómo se sentía ser una fuente rebosada, arrasada por un vendaval.
Y aplastado por su absurdo y su calor encontró en su interior un nuevo mantra, y comenzó a recitarlo en su mente mientras Lorcan le comía la boca y lo desprendía de su abrigo con una insoportable rapidez. "Quiero ver a través de sus ojos, quiero escuchar por medio de sus oídos, quiero sentir con sus manos y pensar con su mente; quiero respirar el mismo oxigeno que inhala, quiero saborear a través de su boca y descansar por medio de sus sueños. No quiero morir mientras usted esté vivo y nunca querré seguir si no estoy protegido por su abrazo, Sr. Xerac, mi alfa, mi dueño, mi todo."
No supo cómo llegó hasta allí, pero de pronto se encontró sentado a horcajadas sobre él en un enorme sofá de cuero negro, siendo besado hasta lo más profundo, gimiendo bajito y esperando que esa noche no terminara nunca. Pero muy en contra de su voluntad Lorcan se separó de sus labios y pronunció su nombre con su voz ronca y exigente. ―Dexian, Mírame―.
El omega gimió despacio por el impacto provocador que tenía escucharlo pronunciar su nombre con tanta imposición. Lo miró, mordiéndose el labio inferior suavemente, y al hacerlo se encontró con el rostro divino que tanto lo inspiraba, tan hermoso que en ocasiones se sentía incapaz de emularlo en sus pensamientos y en su arte. ― ¿Sí, señor? ― exclamó, sin dejar de mirar sus ojos claros.
― ¿Aún estás dispuesto a negociar por tu bloc? ―. El alfa hizo la pregunta mientras recorría suavemente la espalda del chico por encima de la fina tela de su suéter, lo vio desviar la mirada, como siempre lo hacía y su sangre comenzó a circular presurosa hacia el centro de todas sus ganas. ―Este es el momento, pídeme lo que quieras y te lo daré―.
Dexian estaba abrumado por todas las sensaciones que lo invadían al mismo tiempo y que nunca antes había sentido. Siempre había deseado que Lorcan no se separara de él cuando sus besos se volvían desesperados, pero en ese momento no estaba seguro de poder soportar tantos besos a la vez sin perder la vida. Los dedos de Lorcan sobre su espalda lo estaban haciendo desfallecer y sus palabras causaron que su corazón comenzara a latir a la velocidad de sus pensamientos, pero sabía que, si no lo mataron sus besos, la taquicardia tampoco lo haría.
―Quiero ser solo suyo― contestó, pero no lo pedía por bloc, sino a cambio de su propia vida.
― ¿Sabes lo que eso significa? ― preguntó el alfa, deslizando sus manos por debajo del delgado suéter blanco que portaba Dex, sintió por primera vez la suavidad de su piel que era tan pura, y percibió como el chico se rendía bajo su toque, como la noche ante la claridad del día.
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Y todo ardía en azul ❀ By Luna
FantasiDexian de Lanirox es un estudiante prodigio de artes plásticas cuya mayor fascinación es llevar un pincel en sus manos y llenar lienzos de color, hasta recrear todas las ideas que desbordan de manera constante su imaginación. Pero este joven artist...