Huelgas Mágicas en el Gabacho [𝙃𝙚𝙩𝙖𝙡𝙞𝙖 - 𝙈𝙖𝙜𝙞𝙘𝙖𝙡 𝙎𝙩𝙧𝙞𝙠𝙚]

Capítulo 38: ¿Te encuentras bien?

—Matt, ¿a dónde demonios quieres llegar con tus preguntas? No fastidies.

Pero el muchacho no respondió aquello, simplemente se encaminó hasta el escritorio del contrario y le habló con una sonrisa.

—Hermano, ¿puedo hablar un segundo contigo?

—Eh... ¿necesitan que salga, o...? —comenzó a preguntar Guadalupe alejándose de ambos.

—No, no, estas bien aquí. Solo permítenos un momento.

Entonces la chica se mantuvo inmóvil en su lugar, algo nerviosa ciertamente. Alfred presenciaba la escena confundido, y aunque no le agradaba para nada la idea de que Matthew continuara dirigiéndose a su empleada, la curiosidad por saber qué demonios quería, terminó ganándole.

—¿Qué carajo te pasa? —lo interrogó apenas el muchacho lo rodeó con su brazo para que le diesen la espalda a Guadalupe.

—Okay, escucha, sé que siempre tuviste cierta tendencia por... ¿Cómo decirlo? ¿La "supremacía"? Y un gran fanatismo por ser una figura de autoridad, pero creo que convertir a tu pareja en tu asistente o a tu asistente en tu pareja, es demasiado. Realmente ignoro como funcione esa dinámica de dominación entre ustedes, pero, Al, personalmente no creo que sea algo que puedas permitirte mezclar con la empresa y...

Mientras más lo escuchaba hablar, más confundido estaba. El pobre Alfred ni siquiera consiguió pegar un parpadeó hasta que se decidió porque debía detenerlo.

—M-Matt, ¿de qué mierda estás hablando? —lo interrumpió inmediatamente—. Ella no es mi pareja. ¿En qué momento...? ¿Por qué...? ¡Matt, que carajo!

Matthew permaneció en silencio un segundo intentando procesar las palabras de su hermano. Después se giró a ver a la chica, quien seguía esperando a sus espaldas en silencio y una vez más se dirigió nuevamente a Alfred.

—¿Okay...? Muy bien, tal vez lo estoy confundiendo, pero no puedo ignorar que hay una tensión extraña entre ustedes dos. No sé a qué se deba, pero no puedes culparme por suponerlo siendo que de repente ahora resulta que viven juntos. Hermano, eso no es normal para dos tipos que solo están relacionadas laboralmente.

—Hermano, estás hablando de más y créeme que esto es algo que no te incumbe en lo absoluto, así que por favor limítate a no intervenir en...

—¿Cuál es la verdadera razón si no que estas celoso? —lo interrumpió de golpe obligándolo a callar.

—¿Qué dices...?

—¿Cuál es la verdadera razón por la cual no quieres que hable con ella? Desde niño siempre fuiste un chico posesivo y receloso en cualquier maldito aspecto, así que quiero que me des una justa razón a tu actitud de escepticismo respecto a mí relacionándome con ella, una que no me lleve a concluir que se tratan de celos románticos.

—¡Matt, carajo, baja la voz! —le ordenó tras de inmediato tras un susurro temeroso de que su asistente se percatara de la discusión que estaban teniendo—. ¡¿De qué mierda estás hablando?! ¡Ya te dije que simplemente ella se distrae fácilmente!

—Eso es una excusa estúpida —concluyó Matthew sin más que decir y dicho eso, dio media vuelta y enfocó su atención nuevamente en Guadalupe—. Srta. García —pronunció.

—Eh, ¿sí? Dígame —atendió ella alzando la vista de inmediato.

—¿Tiene usted pareja o algo similar en estos momentos?

Alfred evidentemente se vio alerta frente aquel cuestionamiento, pues sabía que era algo que también tomaría por sorpresa a la chica y no quería en lo absoluto que se le escapara decir algo que no debía (más aun con el conocimiento de toda la situación que acababa de suceder respecto a su exnovio).