› Prólogo

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— Esto es aburrido — dije dándole la vuelta a la botella de plástico, el objeto transparente giraba y giraba pero lo miraba desinteresadamente, me parecía aburrido y pasado de moda

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— Esto es aburrido — dije dándole la vuelta a la botella de plástico, el objeto transparente giraba y giraba pero lo miraba desinteresadamente, me parecía aburrido y pasado de moda.

— ¿Qué? — preguntó mi amiga Roseanne, ella también se notaba aburrida de hacer lo mismo de siempre. Era como una escena cliché de adolescentes divirtiéndose, sin embargo, ninguno de nosotras estaba alegre.

— Estos retos, me parecen tontos y para niños de primaria.

— Uhm — exclamó Rosé —. ¿Entonces que propones? — me preguntó, con una sonrisa ladina mientras dejaba la colilla de su cigarro en el cenicero, justo en el centro de la mesa.

— Cada quien, que le proponga un reto a alguien, uno que se cumpla en una semana, algo realmente difícil, por ejemplo... Yo inicio — miré a Seulgi sonriendo — Te reto a ponerle los cuernos a Somi

"Oh" corearon todas, Seulgi paso de morena a verde y luego a blanco. Ella no la amaba lo suficiente, no porque no fuera guapa; ella era como una modelo de revista, pero no había quimica en la pareja, eran aburridas.

— ¿Acaso me odias? — preguntó Seulgi dejando su cerveza de lado — Sí se entera va a matarme, cortarme las tetas y presumir con sus amigas.

— No tiene que hacerlo, es algo entre nosotras, no saldrá de aquí, nadie se enterara — respondió Minnie una de mis amigas, a lo que agradecí.

— Ok — aceptó la morena —, pero las hago responsables, ahora me toca a mi ponerle un reto a alguien — la morena miró a su mejor amiga, quien se hizo bolita. — Momo te reto a usar ropa de hombre por una semana en la escuela.

Momo sonrió burlándose.

— Eso es fácil, puedo hacerlo — aseguró.

— Incluso en deportes, llevaras el uniforme de chicos.

— Parece que me toca, yo reto a Minnie a hacerle un oral a la profesora de historia.

— ¡No jodas es una anciana de setenta años!, cámbialo.

— No — Momo se negó a cambiar el reto y cruzo sus brazos.

— Hija de puta, voy a hacerlo, claro que lo haré — dijo pero no se veía muy convencidoa Minnie era extremista así que yo no dudaba en que lo hiciera. Después esta miró a Rosé.

— Yo reto a Rosé a robarse las pruebas de los exámenes y mandarnos fotos.

— Estas bromeando es imposible hay cámaras de seguridad Minnie.

La azabache le restó importancia.

— Un reto es un reto y esto nos conviene a todas.

Aplaudimos a Minnie por su gran idea.

Luego Rosé me miró a mi, yo me acomodé en mi lugar esperando pacientemente mi reto.

— Conoces a Kim Jennie.

Traté de hacer memoria y negué, no recordaba a alguien con ese nombre.

Todas se rieron.

— Ella será tu reto, llevarla a la cama.

— Hecho.

Afirmé. Tener sexo con esta chica sería la cosa más fácil del mundo.

— Entonces empezamos mañana.

Brindamos y seguimos hablando el resto de la noche.

Brindamos y seguimos hablando el resto de la noche

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Solo una semana | 𝗝𝗟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora