Era la mañana de un lunes cuando Samy abrió los ojos. Al asomarse hacia un lado noto la cama vacía de su madre, su hermano aún descansaba dormido, muerto para el mundo.
-Tony, despierta, hay que ir a la escuela que se hace tarde- le dijo a su hermano quien empezó a despertarse lentamente
-Dame cinco- dijo el chico de 17 años- ¿Ya se fue mamá?- Pregunto entrando al baño
-Ya, desde hace un rato creo. Dejo el lonche preparado- le grito desde la cocina- Apresurarte que se nos hace tarde- le dijo Samy a su hermano-
-Que gustoso sería tener nuestra propia habitación, digo, no me molesta dormir contigo y con mamá pero pues ya sabes...- Empezó a decir Tony pero cada vez se ponía más nervios
-Se a lo que te refieres, tranqui- le digo entrando al baño- Yo también quisiera mi propia habitación pero sabes que no podemos arriesgarnos, esto es lo que nos podemos permitir- le dice la niña desde el baño, quien salió después de 5 minutos- Bueno ya vamos que se nos hace tarde- le digo mientras ambos tomamos nuestras mochilas y Tony cerraba la puerta
Ambos chicos se dirigieron a la escuela. Al entrar cada uno siguió su camino a sus diferentes salones. Mientras Samy estaba en su primer año de preparatoria, Tony estaba en último. Samy estaba en su salón mirando por la ventana cuando, como si fuera una mancha, vió pasar a un chico no más grande que ella y no lo admitiría, pero es muy curiosa.
-¿Puedo ir al baño?- Pregunto la niña mientras alzaba la mano, recibiendo un asentimiento de su profesora
Al salir del salón giró su cabeza para todos lados en busca de este chico y avanzó en la dirección en la que había ido. Mientras caminaba escucho un lamento, como un gemido doloroso y se acercó a la fuente del quejido. Con cada paso que daba, el ruido se hacia más fuerte, hasta que llegó a una puerta cerrada.
-Si no quieres no tienes que decirme nada, se que no me conoces ni yo a ti pero puedes confiar, entiendo que es el dolor. Tal vez pueda ayudarte... Si me dejas- le dijo mientras se sentaba junto a la puerta cerrada y apoyaba su cabeza sobre sus piernas dobladas
-Nadie puede ayudarme- dijo de forma ahogada y ronca la voz del otro lado- No tengo remedio, ni salvación. Haste un favor a ti misma y vete antes de que te condenes por estar cerca mio-
-Puedes salir y hablar conmigo cara a cara, no tienes porque pensar que estás roto más allá de la reparación- le dice Samy en un intento de que el otro chico salga y hable con ella
-¡Entiende que no necesito tu ayuda!- grito molesto el otro chico- Si necesitara la ayuda de alguien lo diría, ¡no necesito de nadie!-
-¡Pues perdón por intentar ayudarte, eso me saco por ser amable! Total, no soy yo quien sufre en silencio- Le dijo la niña molesta al mismo tiempo que se levantaba y se iba
-Ayudame- susurro el niño del otro lado con la esperanza de no ser escuchado, lamentablemente, no lo fue. El pobre chico se quedó un rato más llorando en soledad hasta que tomo el valor para levantarse y salir del lugar donde se ocultaba.
-¿Por que tuvo que ser tan amable?- se dijo Carlo lamentandose mientras caminaba hacia su salón- ¿Puedo pasar?- pregunto tranquilamente
Mientras el día transcurría ninguno de los dos chicos pudo dejar de pensar en el otro: ¿Quien era la amable chica que intento salvar su alma condenada?¿Quién era ese pobre niño al que habían hecho daño? Lo que ninguno sabía era que a partir de ese día, sus caminos estaban entrelazados y aún les faltaban más carreteras por recorrer.
Oh, el destino. Tan cruelmente crudo, ama atormentar a quien se deje. Y lamentablemente, cinco vidas se le atravesaron.
Hola, está es mi primera historia. Agradecería mucho si dieran su opinión y dieran críticas CONSTRUCTIVAS. Gracias por leer 🫂
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What was and will no longer be.
Teen Fiction5 chicos que se enfrentan a la vida en soledad. ¿Se podrá salvar su camino o están condenados con sus mismos prejuicios? Ellos no tienen a nadie, pero descubriran que se tienen a ellos. Advertencias para temas sensibles como adicciones, Violencia do...