Deseo XIII 1/3

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Me encontraba en una de las habitaciones de mi Palacio mientras terminaba de llenar unos papeles que me habían solicitado.

Ya estaba a punto de pasar dos meses desde aquella reunión que tuve con mis hermanos y del exilio de mi hermano Adamas del Valhalla, últimamente e estado pensando mucho en eso ya que si yo hubiese echo algo mi hermano no estuviera enfrentándose a ese vil castigo, pensar en eso me deja un poco intranquilo, sin embargo ya no hay nada que se pueda hacer, es una decisión que ya fue tomada por mi hermano menor Zeus.

Así mismo... ya casi pasaba 2 meses desde la última vez que vi al Emperador, si soy sincero me siento culpable ya que le habia prometido que lo iría a ver lo antes posible, sin embargo no e podido cumplir con aquella promesa.

Pues después de volver del Ragnarock y regresar al Inframundo, no han estado haciendo otra cosa más que abrumarme de trabajo o situaciones que suceden en el Helheim, y se que ese siempre a sido mi deber como el Rey del Inframundo...
Pero justo ahora siento la necesidad de dejar todo esto, para así poder estar junto a mi amado Emperador.

Pero por el momento eso no parece posible, ya que parecíaera que me estuvieran dando mucho más trabajo que el de costumbre, pero no puedo quejarme ahora...

EN LA CASA DE LOS HUMANOS

Por otra parte en el hogar de la humanidad todo había estado tranquilo en los dos meses que casi pasaban, los participantes empezaron a crear lazos de amistad o comunicación con los dioses, hasta incluso con los que habían peleado en el Ragnarock.
El dios del trueno Thor y el general Lübu, estuvieron en repetidas peleas entre ellos pues para ellos eran como estar jugando junto a su mejor amigo...

El luchador sin rival Tameemon Raiden había estado entablado una buena comunicación con el dios de la destrucción Shiva, y así mismo algo más con la tercera de las hermanas Valkirias Thrud.
Kojiro Sasaki, Souji Okita y Isami Kōndo estuvieron explorando el Olimpo, pues para ellos no les era algo sencillo ni agradable llevarse bien con los dioses, a excepción de Buda al igual que las Valkirias.

Cada uno ellos pasaba por distintas cosas en los últimos casi dos meses, mientras tanto.... el Emperador Qin Shi Huang no hacia otra más que esperar, pues no tenía mucho que hacer así que aveces solo se pasaba ayudando a Eva o podria pasar horas observando el hermoso paisaje que se veia desde su balcón.. pues esperaba con anhelo a su amado Rey del Inframundo sin importarle cuanto podría tardar en llegar...

En las primeras semanas que pasaron, Jack era constantemente visitado por Hércules, se la pasaban juntos por todo el Olimpo, algo que al Emperador le parecía bonito...
Sin embargo en el fondo sentía un poco de envidia al igual que nostalgia al verlos tan felices juntos, no podía evitarlo, no podía evitar el sentirse así dado que el no podía hacer nada para poder ir a ver a Hades, lo que lo hacía sentir aún peor.

Aunque para el le era inevitable estar asi ya que siempre lo llevaba consigo mismo, cada día, en su mente y en el aquel hermoso recuerdo que pasaron juntos... es por eso que no le resultaba algo malo estar esperándolo ya que ahora Hades ocupaba un lugar especial en su corazón...

-Creo que debería de dejar sobrepensar las cosas... no me hacer bien que siga pensando eso...- Susurro el Emperador mientras se sentaba en el sofá del área de estar.
Pero apesar de que el Emperador Qin Shi Huang sabía que Hades estuviera ocupado en el gran asunto de ser el Rey del Inframundo, no dejaba de pensar, no podía evitar extrañarlo.

-Puff...-
-Será mejor que descanse un rato... ¡Ay!, tal vez hubiera aceptado la invitación de Kojiro de salir.-Dijo el Emperador mientras se recostaba en el sofá, para poder descansar.

Sin embargo, su descanso fue interrumpido por el sonido de una explosión que provenía de una habitación.

Qin se paro de golpe por el susto que le causó, pues el pensaba que era el único el la casa, de un momento a otro empezó a salir humo, sin más el Emperador decidió ir a ver de quien se trataba mientras seguía el humo que provenía de una habitación entre más se acercaba se le hacía conocida, así que empezó a correr hacia la habitación.

Podremos Cambiar Nuestro Destino?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora