Capítulo 21

1.9K 84 2
                                    


-Al final va a ser que no me odias tanto como dijiste.

Me quedo callada mientras que siento como mis mejillas se sonrojan.

-Voy a darme una ducha.

A continuación, se levanta de encima de mí para salir de la cama para luego dirigirse hacia la puerta dejándome sola. Ese acto de irse después de lo que acaba de pasar entre nosotros no me importa, es más lo prefiero porque tengo tanta vergüenza encima que no hubiese sabido cómo comportarme o que decir.

Por mi mente ahora pasa el nombre de mi amiga. Ana. Recuerdo la conversación que tuvimos en el baño del Mehka aconsejándome que me aleje de él.

Un pequeño sentimiento de culpa por no hacerle caso aparece. Lo he intentado. He intentado alejarme de él todo lo que he podido, pero de una u otra manera es imposible. Siempre termino cerca suya y hoy no he podido resistirme y no es que me arrepienta de ello.

Lo deseaba.

Y este sentimiento de deseo nunca antes lo había tenido con otra persona. No de esta manera.

Decido también darme una ducha asique voy hacia el baño que hay en esta gran habitación. Cierro la puerta y abro el grifo esperando que salga el agua caliente. Mientras busco una toalla en el armario de repente un fuerte sonido procedente de la puerta se escucha apareciendo el magante por la puerta provocándome un buen susto.

-¡¿Estás bien?! -pregunta bastante preocupado.

Se acerca a mí para examinarme y no entiendo a qué viene su comportamiento ahora.

-Sí, ¿por qué? ¿Qué pasa?

-Hay manchas de sangre en las sábanas.

Oh mierda.

-Estoy bien, no es nada.

-Te llevaré al médico.

-¿Qué? ¡No! Estoy bien, no te preocupes.

-El médico lo asegurará. Vístete.

-Liam por favor, estoy bien. ¿Vale?

-No, no vale. Bella no es normal que sangres -comienza a decir -a menos que... -detiene la frase mientras duda unos segundos.

En ese momento me mira creyendo darse cuenta de la situación.

Trago saliva.

Me mira y yo no puedo disimular por lo que se confirma sus sospechas.

-¡¿Por qué no me lo has dicho?! -alza la voz.

Agacho la cabeza tratando de mirar hacia otro lado.

-¿Por qué no me lo has dicho Bella?

Vuelvo a mirarlo.

-No... no lo sé. ¿Es qué eso cambiaria algo de lo que ha pasado?

-¡Pues claro que sí!

Mi cara de decepción puede notarse en ese momento.

-Si lo hubiese sabido, hubiera tenido más cuidado.

El magnate agarra mi rostro para que lo observe.

-¿Te he hecho daño?

-No, no me has hecho daño. Todo está bien, de verdad.

-¿Segura?

-Segura.

-¿Cómo es que nunca...? Habías tenido novio.

-Ya...

Esperaba no tener que contar esto, decirlo me resulta algo incómodo. Francamente toda mi vida me he dedicado a estudiar para intentar sacar las mejores notas, también en trabajar y por supuesto en cuidar de mi abuela. No he tenido tiempo para nada más ni tampoco es que sintiera esa necesidad de estar con un chico. Por eso no he tenido casi relación en el tema del amor.

Sr. MagnateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora