No sabe cómo se estuvo conteniendo hasta ese momento, pero, al llegar a la habitación del pelinegro supo que no lo dejaría salir de ahí sin haberlo follado como merecía.
Se permitió meter sus manos por las aberturas del vestido, deslizando la fina tela de aquella ropa interior que portaba, aprendandole suavemente la cadera, oyendo al otro quejarse.
— Aleja tus manos.— Demandó, viendo como el otro atontado le hacía casó.— Arrodíllate.
Sonrió al ver como acataba su orden, por lo que se sentó en la orilla de la cama, subiendo una pierna por sobre la otra, siendo una vista maravillosa para el rubio desde dónde se encontraba.
Tembló cuando el pie del pálido presionó su erección, empujándose así mismo para obtener más fricción, casi protestando cuando esté se alejó por completo.
— Eres un maldito perro codicioso.—Solo asintió ante lo dicho, acercándose hasta quedar entre aquellos lechosos muslos, con sus dientes quitándole las medias negras que cargaba.
Fue dejando besos, hasta llegar a la parte interna de los muslos contrarios, encargándose de morder y chupar suavemente, oyendo al otro gemir alto.
Recobra el sentido, alejando al menor temblorosamente con su pie.
— ¿Por qué me alejas? ¿Mh?— Su rostro se coloreo en carmín, temblando más bajo la mirada lujuriosa del rubio.
— Callate, lo perros no hablan.— Masculla, dejándose hacer cuando el moreno se adentra nuevamente entre sus muslos, quitándole la liguera que tenía en la pierna derecha.
Ubica sus manos en la cadera ajena, acariciando con su pulgar el hueso de está, quedando frente a la erección del mayor, la cual no dejaba de gotear, beso la punta, escuchado al otro soltar un suspiro tembloroso.
Simplemente lamió alrededor, usando su mano para agarrar los fluidos contrarios y usarlos como lubricante.
Oh, sentir los fríos dedos del contrario tanteando su entrada no debería sentirse tan bien, se tensó, alargando un gemido cuando el otro adentro lentamente un dedo dentro de él, usando su boca por igual.
Haló de de los rizados cabellos alejándolo poquito, aún con el dedo del otro moviéndose dentro de él.
— N-No te permití comer.— Dijo, derritiéndose cuando un conquilleo lo invadió.
Sonrió cuando con su dedo acarició aquel lugar especial en el mayor, metiendo otro con lentitud, encargándose de estirarlo bien.
Metió otro dedo, observando como el pelinegro echaba su cabeza hacia atrás, tan bonito.
— E-En la cama, ahora.— Demando en un susurro, jadeando cuando los dedos salieron de su entreda, sintiéndose un poco vacío.
Se quitó los pantalones apresuradamente antes de acostarse en la cama, ansioso.
Gateó temblorosamente hasta estar en frente de la erección contraría imaginando que sentiría tenerlo dentro de él.
—Haremos las cosas a mí manera.— Se acerca hasta el moreno sentándose sobre aquel caliente y duro miembro, sintiendo como éste se tensaba.
Siente como una traviesas manos amasan su culo como si de bolas antiestres se tratasen, y aunque lo disfrute las golpea, sacándole un siseo al rubio.
Le sonríe suavemente, quitándole la estorbosa corbata usándola para amarrar las manos del más alto a la cabecera de la cama.
Desabrocha con lentitud la parte delantera de su vestido al sentirse un poco sofocado, emponiendo su pecho, siendo una imagen tan excitante para Taehyung, quién apoya sus piernas en la cama para impulsarse e impactar su cadera contra aquel esponjoso culo.
Jadeo entrecortadamente por la impresión, aún así frunció el ceño sujetándole la mandíbula con fuerza antes de besarlo, restregandose lentamente sobre la hombría palpitante de éste.
— Quieto.— Le gustaba la sensación de dominar, hacer desesperar a la otra persona.
Taehyung no sabía que disfrutaba más, la actitud demandante del pelinegro o las electrizantes sensación que sentía en su vientre cada que su miembro rosaba la apretada entrada.
— No te muevas.— Le susurró, antes de morderle el labio inferior, apoyando una de sus manos en el pecho contrario y con la otra sujetando la palpitante hombria, alineandola contra su entrada.
Se dejó caer, su boca entre abriendose soltando un gemido silencioso, estaba profundo, tan profundo que le hace perder el aliento; movió sus caderas de manera circular adorando como el miembro rozaba su punto sin césar.
Se apoyó en sus rodillas, sacando la longitud de sí mismo, antes de volver a bajar, repitiendo la acción efusivamente.
Cada vez más sentía sus piernas adoloridas de tanto saltar, pero no deteniéndose, porqué adora ese delicioso cosquilleo que siente en su interior.
— Eres todo un conejito.— Se sonroja hasta el cuello, gimiendo en respuesta.— Salta, salta, no te detengas.
Acerca sus manos al cuello ajeno ahorcando lo levemente, queriendo que se callase.
— L-Los perros n-no hablan.— Se mueve de adelante y hacia atrás perezosamente, queriendo provocar al menor quién comienza a empujar su cadera contra él.
Sonríe con superioridad desde arriba, gustandole la sensación de tener el control, su sonrisa borrandose al sentir una manos sostener su cintura y arremeter con dureza contra él.
Audibles gemidos salen de su boca cuando su próstata es golpeada sin piedad, creía ver estrellas.
— ¿Qué pasa, Bunny?— Preguntó, riendo roncamente cuando el otro lo miro ceñudo aún rebotando sobre él.
— M-Maldito hijo de p-perra, ¡Ugh!— Estaba cerca, tan cerca, la saliva escurría por su barbilla, estaba seguro que su cintura tendría marcas de lo fuerte que Taehyung le sostenía.
Lloriqueo cuando el rubio abandono su interior, las posiciones siendo invertidas, apenas su espalda toco la cama fue embestido con fuerza.
Intentó seguirle el beso al contrario, cuando esté atacó sus labios, intentando alejar al menor al sentirse extraño, sus piernas temblando en sobre manera, su vista estaba borrosa.
Chillando cuando tuvo un squirt, poco después sintiendo al menor correrse dentro de él, se sentía tan mareado, tan lleno.
Cuando salió del pelinegro, esté se encontraba desmayado, soltando suaves suspiros.
— Eres precioso.— Soltó una risita nasal, besándole castamente los labios, antes de ir a buscar algo para limpiarlos.
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Agente Bunny |Au Taekook|
ActionJeon Jungkook o mejor conocido como el agente bunny esperaba tener unas tranquilas vacaciones, por eso se sorprendió cuando fue llamado de la base para hacer una nueva misión, además de tener un compañero para está. - Así qué, Bunny.- Le sonrió de c...