Fear to love [+18]

Capitulo 3

Khristeen

Me llevo la copa de champán a los labios y tomo un sorbo, observando a mi alrededor. La sección VIP tiene un ambiente al aire libre con su jardín oriental, pista de baile y espacios privados. Me encanta la madera oscura y las plantas exuberantes, mi mirada aprecia el lujo mientras me acomodo en un cómodo sofá de cuero.

El piso VIP tiene su propia cabina de DJ, el aire vibra con un ritmo enérgico que invita a bailar. Mientras disfruto de la música, veo a Luca hablando con mis guardias, Vincenzo y Marcello, quienes momentos después abandonan el área VIP.

Cuando Luca se sienta a mi lado, levanto una ceja curiosa.

―¿A dónde fueron Vincenzo y Marcello?

Luca me da una sonrisa arrogante mientras coloca su brazo izquierdo en el respaldo del sofá.

―Les di la noche libre ―responde con confianza―. No los necesitamos. Me tienes a mí.

Asiento, consciente de la reputación de Luca como el dueño del club y de su influencia en toda Chicago. Sería una locura atacarlo, ya que todos conocen su poder y respetan su posición.

Bebo de un trago lo que queda de mi champán, sintiendo el líquido burbujeante deslizarse por mi garganta.

En ese momento, un mesero se acerca a nuestra mesa llevando una bandeja con una botella de champán, copas relucientes, un vaso de whisky y dos tragos de Martini.

Una sonrisa se dibuja en mi rostro mientras tomo mi bebida. No hay nada que me guste más que las aceitunas. Aunque ya estoy borracha por todo el champán, prácticamente trago mi bebida con alcohol.

Luca deja escapar una risa profunda, negando con la cabeza.

―A este ritmo, tendré que sacarte de aquí en menos de una hora.

Ignorando el comentario de Luca, fijo mi mirada en el mesero.

―Dos más.

―Uno ―interviene Luca, corrigiendo mi orden―. Solo uno. ―Me lanza una mirada de advertencia―. Baja el ritmo, no quiero que te pases de copas.

Levanto una ceja en respuesta, desafiante.

―¿Quién dice que no puedo manejarlo? ―respondo con una sonrisa pícara―. Pero te haré caso, por ahora.

Anabella se acerca y le quita el vaso de whisky de la mano a Luca, bebiéndolo de un solo trago.

―Vamos a bailar ―me dice, tomando mi mano y dejando el vaso en la mesa.

Luca sacude la cabeza con una sonrisa irónica.

―Pareces una niña de cinco años, Bella.

―¿Niña? No soy una niña, Luca. Solo estoy aprovechando la noche al máximo.

Me levanto del sillón, siguiendo a Bella y le lanzo un beso a Luca. La música se vuelve más fuerte mientras nos acercamos a la pista de baile,

Encontrando un espacio para bailar en medio de la abarrotada pista, cierro los ojos y dejo que la música me lleve, con la esperanza de alejarme de la dura realidad de que pronto estaré casada y perderé todo esto. El ritmo vibrante de la música llena mis oídos y siento cómo la energía se apodera de mi cuerpo.

Me pierdo en el ritmo, con un zumbido relajante que burbujea por mis venas. Mis pies se sienten ligeros, mi cuerpo flexible y pronto mi mente se despeja de todos los pensamientos negativos. Cada movimiento es una expresión de libertad y alegría, como si el baile fuera mi escape del mundo exterior.