-¿Quién es ella?
-¿Quién?
-La pelirroja de ojos oscuros y lentes. La que esta debajo del árbol sentada.
-Ella es Reyina, no vale la pena, no habla, es fría, inexpresiva y si te ven con ella comenzaran a hacerte bullying a ti.
-¿Le hacen bullying?
-Sí, por mojigata y porque no protesta ante ello, nadie sabe realmente si tiene voz, se dice que es muda. Además, ya el primer día de instituto se metió en una pelea.
-Que chica mas rara.
"Los oigo ¿Saben?" Pensé ya frustrada de oír ese tipo de comentarios, realmente estaba cansada, no soy muda, no me pelee el primer día y me indigna que piensen así, irritantes, molestos, detesto toda la gente de este edificio, el instituto.
Ya desde el primer día me tenían en el punto de mira, ni un "Hola" pude decir, por eso no hablo, ¿Para qué malgastar saliva con gente tan imbécil? No merecen mi tiempo. No me relacionaré con nadie que pise este instituto.
Entre todos mis pensamientos me puse en pie mientras terminaba de arreglar mis jeans y sacudirlos, entonces sentí como un empujón, me hizo retroceder y casi volver de vuelta al suelo. Giré para ver a la persona que en aquel momento era para mi La zorra numero uno. Ella me miró con una pizca de odio y ¿Asco?, no sé, no le tomé alguna importancia, este nuevo curso, este invierno, me prometí centrarme en mis estudios, sin dar importancia a nada mas. La rubia de pelo liso y ojos castaños se acercó a mi:
-Oye, ¿No pides disculpas? Oh, cierto, se te comió la lengua el gato.
Me di la vuelta mirando a la chica a los ojos directamente, al ser negros solían intimidar, no era común en este pequeño pueblo apartado de toda civilización. No funcionó:
-Que asco, no me mires monstruo.
La chica levantó la mano y me dio en la mejilla con la mano abierta, tan fuerte que caí al suelo junto con mis lentes, cayeron al lado mía. En ese momento vi, de manera borrosa, a su séquito, siempre estaban ahí para reírse y señalar y si acaso darme algún golpe. "Enserio detesto a todos estos incompetentes." Pensé al recibir el segundo golpe en el estomago, dado con un pie de una chica.
-¡Dios mio! ¿¡Quién eres!? ¡Sele! ¡Sele!
"¿Sele?"
-¿Qué?
La chica rubia dio media vuelta, al igual que todos los que allí había, ni si quiera quise saber que era, solo cogí las cosas, el libro, el móvil y los auriculares, y salí corriendo de aquel lugar, escuché como repetían mi nombre junto con una amenaza, lo ignoré todo, seguí corriendo al baño.
"¿Por qué veo borroso?" En aquel momento miré el espejo. "Mis lentes, se me cayeron y se me olvidaron." No podía volver. Quizás cogieron los lentes y se los llevaron. ¿Qué haría?
Opté por volver, con máximo cuidado, no quería comerme una esquina o a alguna persona de por allí, lo segundo era menos importante. Conseguí llegar al pequeño jardín en el que antes estaba, palmee el suelo con ambas manos hasta al fin encontrarlas, estaban bien, no estaban rotas o algo así. Me coloqué los lentes dando un suspiro bastante largo, fijé mi vista en toda la gente que allí había reunida, allí estaba Sele, la zorra, y aquella chica que le llamó tan exaltada, levanté del suelo para poder ver mejor que causaba tanto alboroto, parecía importante ¿Qué me estaba perdiendo? Y entonces lo vi. Un chico. Tanto jaleo por un chico. Pa-te-ti-co. Pensé que no podían caer mas bajo hasta que vi esto. "Siempre lo pienso, mejor mojigata que puta."
Ya era hora de salir. Al fin, iría a mi casa, donde podría estar tranquila y hablar tanto como quisiera. "No, no puede ser." Un cumulo de gente taponaba la entrada, chicas, montones de chicas con papelitos en las manos, seguro números de teléfono. Allí estaba él, el chico de cabello negro y ojos claros, tatuado por los brazos y con unas perforaciones en la oreja, derecha, creo. Era repelente, esa sonrisa tan...falsa, "seductora", a mi no me engañaba. En el momento en el que la z...Sele se me acercó por detrás, fue el momento en el que sus ojos claros chocaron con mis ojos oscuros, que contraste. Sele me empujó hacia atrás haciendo que el contacto visual desapareciera por mi parte.
-¡Jaden!
La voz de Sele sonaba tan dulce, sucia falsa.
-¡Ni la mires! Tan solo es una nerd.
-¡Oye!
Era la voz del chico, que profunda, no sonaba como adolescente. ¿Me llamaría a mi?
-¡Chica!
Sí, era a mi...mierda. Respiré hondo y di media vuelta, fijando la mirada en él.
-Tú nombre. ¿Cuál es?
No puedo hablar, no quiero que semejantes imbéciles me oigan, no quiero que tú me oigas, eres repelente.
-Ella no habla.
"Gracias, gracias." Pensé al escuchar aquellas palabras de la rubia, Sele.
-Nunca escuchamos su voz. Se cree que es muda. ¿Jaden?
-¿Hm? Te he escuchado.
Sus ojos estaban puesto en los mios, era constante, no dejábamos de mirarnos, se sentía raro.
-¿Por qué la mi..
-Puedes hablar o realmente eres muda.
Sele bufó al ver que pasaba completamente de ella, yo por dentro sonreía, por fuera seguía con mi rostro serio y frío, el de siempre.
-Oh, cierto. Hagamoslo con una pregunta de si o no.
Se acercó a mi atravesando esa marea de chicas, quedando a tan solo dos o tres pasos de él, automáticamente retrocedí dos mas, no me gusta estar cerca de la gente.
-¿Eres muda?
Negué con la cabeza tranquilamente. Todas las que allí había y él se quedaron mirándome, sus caras, se veían tan sorprendidos que tuve que aguantarme la risa. Después de aquello giré dirección a la puerta y me fui hacia mi casa. No sin antes escuchar esa maldita conversación.
-¿Cómo se llama, Selena?
-Reyina.
-Un nombre curioso.
-Tks, ignorala, es una mojigata sin vida social, está siempre sola, y todos le hacen bullying. Es insoportable, rara, ¿Le has visto? Aquí nadie mas es pelirroja con ojos negros, además no es nada guapa. El primer día se metió en una pelea y dicen que casi mata a la chica. Agresiva. Tiene una pistola en la mochila, un espray de pimienta y una navaja. Ella es extraña, mejor ni te le acerques, podría dañarte.
-¿A mi? Lo dudo, no le hice nada, aun.
"¿¡Aun!? Pedazo de retrasado."
-Es esquizofrénica.
-Wow. ¿Tú no le haces bullying.
"¿¡Qué!? ¡No es cierto! No llevo armas, sí tengo vida social, solo que fuera del colegio, no soy esquizofrénica, no me metí en una pelea, ni el primer día ni nunca y no haber tenido sexo no es ser mojigata." Lo que hubiera querido decirles y no fui capaz.
-Yo intento poyarla, la pobre no es capaz de defenderse.
Eso ya no, menuda falsa, salí corriendo de allí. Hasta mañana no mas mentiras.
Un nuevo día, la misma mierda de siempre. Llegué al colegio, lo primero que vi fue a Sele, no tardó ni cinco minutos en acercarse y golpearme. Siempre lo mismo, me golpea por todos lados hasta que acabo en el suelo y comienza a patearme. ¿Para que voy a resistirme? Solo perdería mas tiempo. Los golpes cesaron. Pensando que se habría aburrido miré hacia arriba. No, imposible, no podía ser. ¿Jaden me había ayudado? Imposible. Él solo le dio un golpe en el estomago, no parecía ni fuerte, para ella que no estaba acostumbrada lo era, pero no lo parecía. Ella salio corriendo y él se dio la vuelta y extendió una mano hacia mi, en aquel momento me di cuenta, había quedado completamente embobada. Desperté de mi sueño y acepté su ayuda, me puse en pie y sacudí toda mi ropa, por suerte nada se me cayó, seguí mi camino tranquilamente, sin decir o hacer nada. Parece que eso le molestó.
-¡Ingreida!
Ignoré aquello y continúe mi camino a clase ¿Esperaba que le dijera algo? ¿Que hiciera algún gesto como agradecimiento? Já. Seguía siendo repelente y mas ahora. No me gustaba, no me caía bien. Sus apariencia era de matón o de alguien que había estado preso en la cárcel. No me junto con gente así, me niego. Y por como me miró supe que yo a él tampoco le caí bien. Genial, no se acercaría a mi. Así nunca tendríamos que volver a vernos, solo en el recinto escolar. Odio a todo ser viviente de este instituto.