Maximiliano Freetman & Ivanna Kridmman.
********Maximiliano*******
─ Si vamos a estar desnudos ¿Para qué estacionarse en un Centro Comercial? ─ Pregunté a mi novia observándola abrir la puerta.
─ Porque no tendremos tiempo de comprar trajes de baño para el viaje de Miami, ─ respondió sonriente.
─ Pensé que no te hacían falta más trajes de baño, noté que empacaste varios, ─ mencioné un poco frustrado ya que me sentía muy excitado, respire profundo tratando de calmarme para bajar la erección.
─ No son para mí, son para ti, ─ siseó tomando mi mano para dirigirnos al centro comercial.
─ Buenas tardes ¿En qué puedo ayudarles? ─ Se ofreció una de las vendedoras. Ivanna, le indicó lo que deseaba y la vendedora nos guío hacia la sección de trajes de baño masculinos. Mi novia seleccionó varios así como unos cuantos bóxer.
─ Vamos, te acompañaré a medírtelos, ─ soltó con picardía, levanté una de mis cejas y fruncí mi entrecejo, si ella hacía eso dudo mucho que no surgiera nuevamente el problema en mi entrepierna.
─ Necesitamos unos minutos, ─ le informó Ivanna, a la vendedora ingresando a uno de los probadores. Yo, la seguí en silencio con una sonrisa marcada en mi rostro de oreja a oreja. Ivanna, movió su labio inferior observándome, llevó sus manos hacia la pretina de mi pantalón de Jeans, desajustando la correa, luego el botón y de último bajó con cuidado el cierre. Tomó la pretina de mis vaqueros junto con el bóxer y los bajó lentamente, en el proceso besó mi miembro el cual despertó con el sensual contacto.Tomó uno de los trajes de baño y los fue subiendo por mis piernas hasta acomodarlo y exhibirme como un maniquí frente al espejo. Acarició mi erección y ese reflejo en el espejo fue excitante y mucho más cuando metió su mano para acariciarla directamente. Ambos observamos la erótica imagen que se reflejaba e hizo que mi falo endureciera mucho más de lo que estaba.
Ivanna, mordió su labio inferior provocando un estado de lujuria, mi pecho comenzó a subir y bajar notando a través del espejo como su mano subía y bajaba dentro del traje de baño.
─ Ivanna, ─ susurré entrecortado por su osadía.
─ ¿Te gusta? ─ Preguntó con una voz sedosa llena de excitación y su pregunta no solo se refería al traje de baño.
─ Sí, ─ respondí enronquecido, giré mi cuerpo rodeando el suyo necesitaba desvestirla y tocarla íntimamente.
─ No, sonrió ella separándose y deslizando el traje de baño de mi cuerpo. Así pasaron unos minutos midiendo unos tras otros entre besos, mordidas, lamidas y masajeadas a mi miembro, al igual que hizo con los boxers. Estaba demasiado caliente, dolorosamente excitado; mi miembro goteaba mis fluidos.Ivanna, se arrodilló tomando mi falo y engulléndolo.
─ ¡Por Dios! nunca había necesitado tanto una estimulación como en ese momento. Bajé mi mirada hacia su rostro y la imagen era tan colosal que me prendía más, hundí mis dedos en su cabello para seguir el ritmo que necesitaba mi cuerpo y poder liberarme. Apreté mi mandíbula conteniendo un gruñido al sentir como llenaba su boca con mi semen. Me sentí como un maldito semental follando en cualquier parte sin importarle absolutamente nada, solo que tenía a mi lado a la mujer que amaba con locura y podía colocarme en este estado. Definitivamente me estaba gustando demasiado los Ángeles.─ ¿Cuál te gustó más? ─ Pregunté señalando los trajes de baño y los bóxer para que seleccionara.
─ No sé, porque con todos me excité, ─ bromeó guiñándome un ojo y besando mis labios.
─ Los llevaremos todos entonces, ─ le dije besándola y sacando mi tarjeta, pero Ivanna, ya me había ganado entregando la suya.Salimos del Parqueadero del Centro comercial, esta vez quien dirigía el volante era yo e Ivanna, estaba de copiloto.
─ ¿Destino? ─ Pregunté.
─ A cenar, ─ respondió Ivanna, con tranquilidad.Me dirigí hacia uno de los restaurantes que me indicó, fruncí el entrecejo al notar que el mismo se encontraba en un lujoso hotel conformado por elegantes chalets. Pasamos por una medida de seguridad donde Ivanna, mencionó una reservación para dos. Enseguida le hicieron llegar una tarjeta, un control remoto y nos dieron paso para seguir adelante. Estacionamos en el parking del restaurant. Ivanna, volvió anunciarse nuevamente para la reservación realizada, un mesonero llegó y nos guío hacia una de las mesas.
ESTÁS LEYENDO
MEMORIAS DE MI HERMANA Y YO
RomansaIvanna Kridmman, es una especialista en pediatría, que siente que su vida se encuentra realmente realizada al lado del hombre que le ayudó a superar una traición amorosa. Cuando piensa que es la mujer más feliz del mundo al lado de Jordan McCarth...