El rostro de Wheein se desfiguró creando una mueca, oda y poema a la estupefacción, incredulidad, confusión y vergüenza. Soltó un sonoro resoplido meneando la cabeza en gran y repetitiva desaprobación y dio media vuelta sin responder para ir de regreso a su casa.
—¿Y solo te irás nada más?
—Tú estás completamente loca si crees que yo siento algo por tí
—No, no, no, nada explicaría mejor todo lo que has hecho desde que me viste por primera vez. Esa escena de hoy es una prueba clara, pareces ser toda una acosadora
—¡¿Perdón?!ByulYi dio un paso atrás enseriando su expresión. Tragó saliva, claramente intimidada por el tono grave de aquel reclamo.
—Muy bien, me pasé un poco
—¡Vete al carajo!— Wheein retomó el camino a su casa —¡Vete al carajo de 70 formas, Moon ByulYi!ByulYi soltó una carcajada sarcástica, ruidosa, molesta pero de buena gana. Wheein resopló viéndola de lado al subir a su porche. Moon hizo el gesto de cerrar sus labios con una cremallera para botar la pinza encima de su cabeza; cansada pero más calma, Wheein abrió su puerta, la cual azotó con enojo una vez dentro de casa.
¿Qué demonios había sido eso?
¡Carajo! Cuanto poder tenía ésta mujer en ella. Odiaba que tuviese la osadía de enfrentarla después del día que le hizo pasar; la definición psicológica de caer de una catarata infinita para aterrizar de pie y a salvo en el suelo con todo el terror contenido en el cuerpo, a la vez que disfrutas de la gran adrenalina y gusto que te dio sentirte volar por un instante.
¿Qué clase de dominio sobrenatural tenía Moon ByulYi en su sola existencia?
Lo cierto es que todo esto no cambiaría la realidad.
La venta de casa de sus padres si era su plan; de hecho, era la única razón por la que había regresado. En medio de su viaje por Japón había descubierto una pequeña antigua y silenciosa aldea en medio de dos montañas vírgenes, donde pensaba quizás, sería su lugar elegido para vivir por un tiempo, lejos de esa ciudad que le arrebató su historia y origen en el mundo.Ahora con un propósito claro, tenía por delante unas pocas tareas antes de iniciar las entrevistas con corredores de bienes raíces.
¿Dinero? Tal vez le haría falta un poco; vender algunos muebles y electrodomésticos solucionarían ese problema. Así que aquella noche se convirtió en jornada de limpieza para ahorrar tiempo al momento de decidir por donde empezar.Agradecía que de hecho, tal como entendía, Hyejin no se hubiera marchado esta mañana; de no haber estado ella presente en el último ensayo, quizás el altercado con Yongsun no hubiese sido detenido. Ah, ella también seguía chocando en su cabeza; no dejaba de demostrarle cuanto le quería y protegía, y aun así de alguna forma Wheein siempre acabaría rechazándola por las razones menos indicadas. ¿Entendería los motivos por los que no quería seguir en Seoul, a pesar de sus amigos y recuerdos alegres de la infancia juntas? Quizás... No. Con seguridad se sentiría muy herida; tendría que conseguir "suavizar" el golpe. Pero no era el momento; le daría unos días a eso también.
Agotada, agitada, cubierta de polvo de pies a cabeza y aun con suficiente furia en el cuerpo por aquella discusión con su problemática vecina y ex amante, Wheein se encaminó hacia su lavandería, donde hurgó entre los canastos de ropa seca por una pijama y toalla limpia para darse un merecido baño.
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Secreta OBSESIÓN ▪︎WheeByul▪︎
DragosteUna misteriosa, callada y hermosa mujer se muda a la casa contigua de Wheein; demasiado perfecta para ser cierto. Una mujer tan perfecta tal vez no sea lo que parece. WheeByul-Hwabyul-Wheesun