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Lo llevaba tatuado en los ojos, en el alma y en la sonrisa.
Me preguntó aquella señora mayor que se sentó a mi lado en ese parque.
¿Qué significan esos números?
Le respondí, casi murmurando que era un código de amor.
Claramente puso cara de sorpresa.
Sonreí y le dije, sí, es la fecha en que volví a creer en el amor.
Automáticamente su interés aumentó y no tomo reparo para preguntar ¿Acaso es posible no creer en el amor? Si no crees en el amor, ¿Cómo vives?
Sin pensarlo respondí, creía solamente en el amor propio y en el amor a mis padres, ahora también creo en otro amor.
¿Cómo te llamas? Me preguntó
Me llamo Susan, pero me puede decir Su
Luna, te diré luna.
¿Por qué? Le pregunté
Porque eres luz entre tanta oscuridad, aunque no lo puedas ver.
Ah ya. ( La respuesta más despreocupada que doy)
Tranquila, volveremos al tema del amor.
Empecé a reír y le dije, No, no tengo interés en hablar de ello.
No creo, se iluminaron los ojos cuando lo mencionaste, me dijo.
Me empecé a incomodar un poco, no soy mucho de hablar con extraños, pero sentía que la anciana me entendía.
Entonces, ¿Qué pasó con ese amor?
Pasó que me dió mucho cariño y yo temía a dar en la misma cantidad o más y luego terminar solamente yo enamorada y me fui, porque me di cuenta que me estaba enamorando por primera vez, aunque luego quise volver.
¿Y entonces? Cuenta, cuenta. Me decía muy interesada en el tema.
No hay mucho más que contar, ahora simplemente somos amigos.
¿Te vas a conformar?
No lo puedo obligar.
¿Él te quiere?
No lo sé.
Averígualo...
Tal vez,... me debo ir.
©SAM

290322 En la Playa sin ti 💙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora