Guía 143

Ｇｕｉｄｅ

Manjiro está convencido cien por ciento de que enamorarse era una pésima idea.

Pierdes el tiempo, actúas como un idiota y si logras llegar a segunda base ese pequeño ser humano va a absorber cada maldito ámbito de tu asquerosa existencia hasta quedarse completamente vacío y seco, como una pasa.

¿Y saben quién odia las pasas?

¡Mikey!

Sano Manjiro quien es amante empedernido del skinship y los dulces, de la atención y experto innato siendo drama queen decidió que era "too much" para él.

A ver, que le gusta mucho sentir el mundo a sus pies o de cabeza, los besitos y los abrazos, que lo carguen como bebé koala y recibir comida directamente de la cuchara sostenida por manos ajenas, si.

¡Pero no en ese sentido!

Es el chico que chismea con Takashi sobre las nuevas parejitas, o las que ya cortaron, comiendo su taiyaki y luego finge desinterés por todo para no mostrarse demasiado entrometido porque, ajá,  el invencible Mikey no es ese tipo de chico, no, jamás, nunca.

Sin embargo, y aquí vendría bien un redoble de tambores misterioso...

¡El nuevo recluta de la segunda división le ha puesto manos arriba!

Le arrebató su atención para quedársela toda él; tenía una sonrisa que eclipsaba hasta el más increíble de sus talentos como leo opacador de ambientes nato, unos ojos de cachorrito más puros que el agua de los Himalayas y un cuerpo de infarto, con caderas estrechas, cintura extrañamente pequeña y bien formada, culo pomposo y demandante, ¿Quién demonios quiere tener abdominales o prominentes músculos si se tiene a un Hanagaki Takemichi cerca?

El malnacido ese tenía talento, si, y eso le molestaba, ¿Y saben que más le irritaba?

No poder controlarse a sí mismo en cuanto ese héroe llorón irrumpía entre su campo visual.

Rodaba los ojos soltando un suspiro cansado, se cruzaba de brazos con molestia y como un mantra su cabecita infantil repetía sinceramente:

"Lo odio, lo odio, lo odio, lo odio".

Vió a sus mejores soldados caer por él, incluso sus hermanos y abuelo, pero él no.

Y ahora que todos están actuando como auténticos bobolongos por un simple hombrecillo, Mikey decide ponerse manos a la obra, literalmente.

¡Es su deber como líder proteger y preservar!, ¡Él no caerá!

¡No señor!

Y aquí empieza su travesía, su viaje estúpidamente perdido, la lucha constante contra sus propios emociones y el ambiente romanticón que jura destruir con tal de no caer por la preciosidad del nuevo recluta, Hanagaki Takemichi.

Empieza la guía 143 sobre como NO enamorarse de un sujeto llamado "Takemichi".