124

3 0 0
                                    

Sabía que no podía huir por mucho tiempo, tenia cosas que hacer y más cuando ya todos los soldados dejaron de responder, Cronos mando a alerta máxima.

—Esto solo es un paso, si no cortamos la cabeza correcta crecerá otra más, y dudo que esté aquí para ayudarte

—¿Cómo estás?

—Tengo días buenos y malo, ahora más buenos que malos, pero estoy perdiendo el oído, y ya no puedo controlar mucho mis extremidades, lo de ayer fue muy irresponsable de mi parte, por eso hoy Milo nos llevara

—Está bien, ¿Y los dolores de cabeza?

—Sigue peor, estaré bien

Su mayordomo nos llevó de vuelta a Roma, Cronos le tenia mucho aprecio y viceversa, el hombre debí tener unos cuarenta años ya

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Su mayordomo nos llevó de vuelta a Roma, Cronos le tenia mucho aprecio y viceversa, el hombre debí tener unos cuarenta años ya.

—Llegamos señor

—Gracias Milo

—Ha sido un placer señora

—Rouses por favor —Miro a Cronos

—Ella será tu jefa después de que muera, así que debes hacerle caso

—Como ordene señor

Al bajar, Cristiano fue el primero en acercarse.

—Carajo Rouses, te llevamos buscando desde la madrugada

—Estoy bien, solo necesitaba pensar

—¿Pensar?

—Si

—Les dije que estaba bien —Hablo Tomás —Solo quería alejarse del idiota de nuestro hermano

Caminamos hasta el césped y me senté frete a la mesita que había ahí, dejando mis cosas sobre la mesa.

—Cronos

Su hermana salio de la casa, bajo las escaleras y camino hasta nosotros.

—¿Sigue aquí? —Pregunto Cristiano

—Me gusta esta casa, sabes, es como muy clásico, solo mira estas escaleras y debajo hay más habitaciones

—Te dije que te fueras

—Sentí que aún no era hora de irme —Me miro —Señora Caruso ¿Cómo está?

—Sandra

—¿Qué quieres? Yo soy tu hermana

—No, no eres mi hermana grábatelo en la cabeza, ella es mucho más que tú

—¿A si? ¿Quien es?

—Ella es... —Me miro

—Tu maldito punto débil. El Gran Emperador fue vencido por una niñita, ella te destruirá

—Y yo a quien le haga daño

—Lástima que no hayas podido evitarlo ayer, ni hoy

Rachel apareció, pero no venía sola, a su lado venía Regina. Tomás tomo a Nicolás.

PassioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora