Alexander
Me gustaba el orden, las reglas y la sumisión. Eran estos elementos los que infundían temor entre nuestros competidores y enemigos, haciendo que el nombre Nikolaev resonara con poder, riqueza y respeto.
Cuando se trata de mantener el control, se necesitó una mano de hierro y un control estricto para que todo funcionara. Mis subordinados sabían que no había margen para la debilidad ni la desobediencia. Era esta disciplina férrea lo que nos permitía mantener nuestra reputación y nuestro dominio.
Como Capo di tutti capi de La Cosa Nostra, una organización criminal mafiosa presente en Nueva York y en diversas partes del mundo, nuestras actividades abarcaban una amplia gama de delitos. Desde el narcotráfico y los asesinatos, hasta el fraude, la extorsión, el contrabando, las apuestas ilegales, el terrorismo, la receptación, el blanqueo de capitales, el tráfico de armas y los robos, éramos conocidos por nuestras operaciones ilícitas.
Pero no éramos los únicos en el mundo del crimen. En Nueva York, la Famiglia, compuesta por las cinco familias criminales principales de la mafia ítalo-estadounidense, operaba bajo mi mando. Estas Cinco Familias tenían la responsabilidad de manejar el lavado de dinero y de influir en el gobierno.
Nuestra influencia no se limitaba solo a Nueva York. Éramos dueños de la ciudad, pero nuestros negocios se expandían a otras ciudades como Washington D.C., Los Ángeles, Detroit, Nueva Orleans, Boston y varias otras ciudades de la costa este. Incluso nos aventurábamos en Chicago, para consternación de la familia Russo. Y eso era solo en Estados Unidos. Nuestros negocios se extendían por todo el mundo, especialmente en Italia, donde teníamos una gran cantidad de operaciones.
La Outfit de Chicago, una poderosa organización criminal, tenía el control exclusivo de la ciudad y manejaba sus drogas, armas y casinos en ese territorio. En los últimos años, Luca Russo, el menor de los Russo, había establecido una estrecha colaboración con Maxim Ivanov, lo cual había fortalecido aún más nuestra influencia en la ciudad.
Las calles estaban llenas de peligro y traición, pero para mí y mi organización, era un mundo en el que nos sentíamos vivos. Cada día era una batalla por el poder y la supervivencia, y estábamos dispuestos a hacer lo que fuera necesario para mantener nuestro dominio en el submundo del crimen.—Así que, ¿en tres días? —Mariya ladea la cabeza con curiosidad—, ¿Crees que es suficiente tiempo para prepararlo todo?
Mi hermano, Andrey, está a su lado, manteniendo una sonrisa maliciosa en los labios. Supongo que es un gesto que ambos heredamos de nuestro padre.
—Tendré tiempo de sobra para prepararlo una vez que sea mi esposa —me incorporo y camino hacia el minibar para servirme un trago—. Ese es el primer paso. Ningún plan resultará si ella decide arrepentirse.Mariya se incorpora y camina hasta mi costado, apoderándose de mi vaso de whisky. Con una sonrisa desafiante, se lo acaba de un solo trago, haciendo que arquee una ceja. Parece que ni todos los años en aquel internado de señoritas lograron corregir su comportamiento rebelde que mi padrino tanto detestaba.
—Créeme, no lo hará, aunque quisiera —Mariya afirma con seguridad—. Ella seguirá todas las órdenes de su padre al pie de la letra.
Su comentario me hace sonreír, sabiendo que tiene razón. Mi futura esposa sabe cuál es su lugar en nuestro mundo.—Haremos una gran despedida de soltero —anuncia Anthony, atravesando la puerta.
—Prefiero esto —digo, sirviéndome otro vaso de whisky.—Ya está viejo para esas cosas —comenta Max, en tono bromista pero con un dejo de verdad en sus palabras.
Max, más conocido como Maxim Ivanov, el jefe de la Bratva y mi mejor amigo. Es de la familia y un maldito tipo peligroso.
—Vete a la mierda.
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Fear to love [+18]
AcakAlexander Nikolaev, un capo cruel y despiadado de la Cosa Nostra, se ve obligado a casarse y asegurar su legado. Khristeen Ferrera, nacida en una poderosa familia de la mafia en Chicago, es seleccionada para convertirse en su esposa y así evitar una...