Su rutina había vuelto luego de una pausa en la universidad. Aún recuerda todo las labores que hacía antes de haber decidido por la carrera de agronomía que iba en conjunto a sus aspiraciones y deberes. En realidad, desde muy pequeño había sido adoctrinado por sus abuelos y sus padres. Park ChanYeol nació del producto de un matrimonio amoroso entre una agrónoma y un bioquímico que se dedicaban a la venta de maquinaria agraria y productos de insumo agrícola. Su vida era en el campo aunque gracias a sus padres y su gran esfuerzo pudo pisar la capital de su país y conocer la otra cara de la moneda lleno de modernidad y tecnología. Un mundo que a ChanYeol le gusta, pero prefiere la naturaleza que le brinda oxígeno puro y no oxígeno contaminado con dióxido de azufre y de nitrógeno.
Luego de que su padre falleciera, ChanYeol optó por hacerse cargo de la tienda familiar dejando sus estudios truncos casi a punto de obtener su título. A pesar de que su madre se interpuso en la decisión de su hijo, él ya había tomado la decisión devolviéndose al pueblo. Desde aquel entonces el único objetivo de ChanYeol es mantener la tienda de sus padres como un recuerdo de su padre y de todo el sacrificio que realizaron juntos para llevarse un pan en la boca.
Quitó los candados respectivos y abrió la tienda volteando el pequeño cartel que cambiaba de un "Cerrado" a "Abierto". Sus ayudantes ya habían llegado a tiempo estando ya en sus puestos. ChanYeol prácticamente se encargaba de revisar que todo esté en orden y que los clientes puedan llevarse una gran experiencia en la tienda aunque todos eran conocidos en el pueblo.
— Buen día, señor Heo ¿Que le trae por aquí? — el pelinegro saludó con una sonrisa en su rostro mientras se acercaba al hombre ya mayor de edad.
— Buen día para ti, ChanYeol. Tengo una plaga en mi árbol de mandarinas y no puedo quitarla aún — Explicó el viejo mirando los productos que la tienda tenía.
— Le recomiendo este fungicida que es únicamente para los cítricos. Un momento, por favor — ChanYeol se acercó ahora al taburete donde se encontraban todas las marcas de fungicidas con los que contaban buscando exactamente la que le había comentado al viejo. Una vez encontrado, lo tomó y se lo extendió al señor Choi — Este es perfecto para combatir con la plaga. Es el único fosetil micronizado en formulación líquida. Lo aplica directamente sobre la fruta mediante duchas durante veinticinco segundos antes de la entrada de la fruta en la cámara.
— ¡Me lo llevo! Muchas gracias, ChanYeol.
Gracias a lo instruido en la Universidad, a las enseñanzas de sus padres, de sus abuelos y a los múltiples libros que ha leído; ChanYeol posee un gran conocimiento sobre las plantas, desde cómo plantar cada tipo de ella hasta cómo combatir contra las plagas según su tipo. Él se sentía muy orgulloso por todo lo que sabía porque ello implicaría en que puede ser el mejor agrónomo del país. Esto se vio reflejado en las notas de sus exámenes cuando aún asistía a la universidad.
— Señor Park, llegaron los encargados de la Finca Bovina y desean agregar una docena más de estiércol a su pedido ¿Contamos con el stock para abastecer?
— Claro que si. Las bolsas están en el almacén tres.
Algunos días ChanYeol se la pasaba de un lado a otro debido a la gran demanda que había en la tienda. Otros días se sentaba detrás del cajero curioseando en su teléfono hasta que sea la hora de almuerzo o de cierre. Rara vez salía de la tienda para escabullirse en alguna otra cosa que no fuera sobre temas agrícolas.
La pequeña campana sonó cuando la a puerta se abrió. ChanYeol levantó la mirada luego de haber estado sumergido en sus redes sociales, era JongDae, su amigo desde que tenía uso de razón y su vecino.
— ¡ChanYeol! — Vociferó.
Este inmediatamente guardó su teléfono y se asomó mirando a su amigo y descifrando su actitud, se notaba emocionado.
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Juste Un Pas || ChanBaek ||
FanfictionChanYeol decidió darse una pausa en la Universidad para hacerse cargo del negocio familiar luego de una triste noticia. Eso significaba volver a su pueblo que lo vio crecer, un pueblo aledaño pero lleno de riquezas naturales. Lo que no esperaba era...