Despues de haber estado un buen rato tocandon la guitarra y cantando, me entró sed y hambre. Asique decidí bajar a la cocina la cual para mi desgracia estaba abajo de todo. Lo bueno era que como Aluhe estaba con su amiguita Tiffany no habia venido a molestarme. Al menos no aun.
Bajé las terribles y peligrosas escaleras y una vez en la segunda planta me dispuse a bajar a la tercera, pero algo o mas bien la voz de alguien me detuvo.
--Ahh... si... Ohh... Sí Aluhe sigue sigue... ahh.
Abrí los ojos y me tape la boca para no chillar de espanto. ¡Esos dos estaban haciendo el amor y a la tipa se le escuchaba hasta en la casa de enfrente! Seguí ollendo sus asquerosos gemidos. No aguante mas tiempo allí y heché a correr escaleras a bajo hacia la cocina.
¡Sin duda alguna pillaré un trauma por esto! Pensé repuganada por el escandalo que esos dos estaban montando. ¡Aun se les oia desde la cocina!
Abrí la nevera cojí la botella de agua. Luego me la serví en un vaso y la bebí. Por último me hacerqué a la sarten donde estaban los macarrones con tomate que nos había hecho mi madre y me serví unos pocos en un plato para luego ponerlos a calentar en el microondas.
Cuando empecé a comer me percaté de que ya no se oían esos desagradables ruidos. Entonces escuché unos pasos bajando la escaleras y enseguida asomó a la cocina Aluhe... ¡En calzoncillos! ¡P*t* guarro!
Me tapé la cara con las manos y giré la cabeza al otro lado.
--¡Serás guarro! ¡Tápate ahora mismo!-- Exclamé.
-- Tranquilizate que tampoco es que estea en bolas.-- dijo él con desgana e indiferencia.-- Y no grites tanto o despertarás a Tiffany y no tengo ganas de soportar más a esa mocosa.
Yo quite las manos de mi cara y me giré a verlo sorprendida.
-- Pensé que era tu amiga.
--¿Esa mi amiga? JA. Más quisiera ella. La única razón por la que salgo de vez en cuando con ella es porque, como todo ser vivo de este planeta, tengo ciertas necesidades que satisfacer...
-- Vale vale vale ya lo pille, no hace falta que especifiques sobre el tema -- dije algo repugnada por su explicación.
Él me miró desconcertado pero luego al ver mi expresión rompió a reír a carcajadas. Yo negué con la cabeza y seguí comiendo al mismo tiempo que él ponía a calentar en el microondas sus macarrones.
-- Pero, aunque a mi tampoco me cae muy bien esa chica, ¿no te parece un poco cruel usarla de esa forma solo para "satisfacer tus necesidades"?-- dije haciendo comillas con los dedos en la última frase.
Él me miró sorprendido por mi comentario.
-- Beberly eres muy inocente y buena. -- Dijo con una sonrisa y con un tono de voz de ¿preocupación?
Okay... ¿Acaso es el fin del mundo y nadie me avisó?
-- Aun después de como te trato nada más recién conocerte, la defiendes.-- prosiguió suspirando.
-- Yo no la defiendo, solo digo lo que pienso. Y no me parece nada justo y agradable tratar así a una persona por muy mala y cabrona que esta sea.-- repliqué y es que eso era lo que opinaba.
-- Bueno sinceramente no sólo estoy con ella por eso, sino también por la popularidad.
-- ¿Que quieres decir?
-- Haber, en plan, todo el mundo sabe que ella es una p*t* malnacida, pero sin embargo y apesar de todo, sigue siendo una de las chicas más populares de todo el recinto escolar. Y yo también por supuesto. ¿Y sabes lo que sucede cuando dos de las personas más populares de la escuela se juntan?
-- ¿Que se hacen más populares?-- inquirí.
-- ¡Exacto!
-- ¿Pero y tu para que quieres ser más popular? ¿No te llega ya con lo que tienes?
-- No se trata sólo de la popularidad, sino de la supervivencia. A las personas populares la gente la respeta y la trata bien, sin embargo a la gente bulgar la tratan como a la mierda y la unden en la miseria. La popularidad es una forma de supervivencia.
-- Ya se eso. Pero me sigue pareciendo una gilipollez. ¡La popularidad y esas mierdas no deberían existir! ¡Se supone que todos somos iguales y no deveria haber discriminación! ¡Pero como la sociedad que tenemos ahora es una mierda pues pasa lo que pasa!-- Exclamé indignada.
Ya no me gustaba el tema al que habíamos llegado. Odiaba esa clase de temas, porque sabía que por más que me quejara nada cambiaría. Como había dicho Aluhe en la adolescencia se trataba de sobrevivir siendo popular y por lo tanto haciendo daño o ser bulgar y por lo tanto ser dañado.
No quería pensar en eso porque sabía que sino volvería a derrumbarme y no quería eso. Asique me levanté de forma brusca, dejé el plato medio lleno en el fregadero, ya sin apetito para seguir comiendo, y me diriji a mi cuarto.
Aluhe me observó un poco desconcertado por mi reacción pero no dijo nada y siguió comiendo.
Solo había algo que me rondaba la cabeza mientras subía a mi habitación, y era que a pesar de todo lo de la mudanza y todo, de la clase de natación, a la que mi madre me obligaba a ir, no me libraba. Y puesto que la clase de natación a la que siempre había ido no estaba tan lejos de aquí pues seguiría llendo a esa misma clase. ¿Conclusión? Mismos compañeros = mismo infierno de siempre.
Solo esperaba que esta vez no me empujaran a la piscina con la ropa puesta cómo hicieron la última vez que fui.
¿Lo peor de todo? Que ese día era el que sería mañana en esos momentos. Solo de pensarlo me daban ganas de tomarme algo que me hiciera encontrarme mal para no ir como había hecho en incontables ocasiones.
Esto iba a ser un infierno.
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Mi hermanastro
Fiksi RemajaTras unos cuantos años de su separación, la madre de Beberly decide volver a casarse y Beberly debe ir a vivir con su madre a la casa de su nuevo esposo. Lo que ella no sabe es que el hombre tiene un detestable hijo, de mas o menos su edad, que la h...