En cuanto regresó a casa, Janet comenzó a buscar trabajo, pues después de la conversación con sus padres adoptivos esa mañana, ella se dio cuenta de que probablemente nunca le darían el dinero que le habían prometido.
La joven se había especializado en diseño y se había graduado con honores este año. De hecho, era muy popular en la universidad debido a su destacado talento. Se suponía que debía solicitar un trabajo como el resto de sus compañeros desde hacía tiempo; sin embargo, había tenido que posponer muchas cosas por cuidar a Hannah. Esta última estaba enferma y velar por su bienestar era lo más importante para ella.
Después de ordenarlo, Janet les envió su currículum a varias empresas de renombre.
Teniendo en cuenta que era medallista de oro y le habían dado muchos premios gracias a su desempeño académico, ella recibió llamadas para entrevistarla en pocos días. "¡Ay Dios mío! ¡Esto es increíble!", exclamó mientras miraba fijamente la computadora.
Entretanto, una invitación color negro parpadeaba en la pantalla a nombre del Grupo Larson.
Todo el mundo hablaba maravillas del Departamento de Diseño de esta reconocida empresa. El diseño de moda y joyería era solo una de las muchas industrias en las que participaba el Grupo Larson. Eran pioneros en múltiples sectores del país y sus operaciones se habían expandido por todo el mundo.
Brandon Larson, el CEO del Grupo Larson, era toda una leyenda; un hombre talentoso y muy inteligente detrás del éxito de su compañía.
Sin embargo, el tipo también era un enigma ya que apenas había aparecido frente al público. La gente prácticamente no sabía nada de él y solamente los altos ejecutivos del Grupo Larson lo habían visto.
Curiosa, Janet se preguntó qué aspecto tendría.
Aparte de la invitación a la entrevista, la empresa también le había enviado un examen que ella tendría que terminar antes de asistir.
Mientras leía las preguntas, Janet frunció el ceño. ¡Todas eran tan difíciles que ni siquiera un experto en diseño podría responderlas!
No obstante, el Grupo Larson requería que su personal fuera capaz de solucionar cualquier situación y por eso les ponía estas pruebas. Pensando en esto, Janet se quería unir a ellos para poder ampliar su experiencia y conocimientos.
Después de terminar el examen, la chica se dirigió a la famosa compañía.
Una vez ahí, abrió mucho los ojos y levantó la vista para ver el edificio plateado que se elevaba hacia las nubes.
Reflejándose en el cristal translúcido de la puerta, ella suspiró y entró a paso firme.
Luego de darle una cortés bienvenida, la recepcionista le pidió a Janet que pasara a la sala de espera.
El elegante lugar tenía paredes en colores plata, negro y blanco, creando un ambiente armonioso y moderno. Al mismo tiempo, hombres y mujeres vestidos con ropa bonita pasaban de un lado a otro a toda prisa con documentos en sus manos.
De repente, un atractivo hombre entró al ascensor privado rodeado de varias personas.
Janet lo miró con los ojos entrecerrados y tuvo la sensación de que lo conocía. Pero antes de que lo pudiera ver más de cerca, alguien la llamó por su nombre para que entrara a la entrevista.
Del otro lado del escritorio, estaban un hombre y dos mujeres con trajes formales.
Nuestra entrevistadora, Elaine Sellers, se graduó en la misma universidad que usted. ¡Ustedes dos deben de ser compañeras!", la mujer de cabello castaño dijo mientras tomaba el currículum de Janet y lo observaba con curiosidad.
"Vaya, ¡qué casualidad! De hecho, yo iba un año más adelante que la señorita Lind", la otra mujer, llamada Elaine, comentó secamente.
Al escucharla, Janet posó sus ojos en ella y recordó que, aparte de la universidad, ambas compartían un turbio pasado.
Resultaba que uno de sus compañeros de último año estaba enamorado de Janet, pero le gustaba a Elaine. Por esa razón, esta última odiaba a Janet y disfrutaba hacerle la vida imposible cada que podía. Luego de su graduación, todos tomaron su camino y Janet nunca volvió a ver Elaine hasta ahora.
Frunciendo los labios con desdén, Elaine continuó: "Debo admitir que tiene un currículum impresionante, pero no creo que sea la adecuada para este puesto porque estamos buscando candidatos con experiencia. ¿Dónde está el examen que le enviamos?".
Enseguida, Janet sacó el examen de su bolso y se lo dio a los entrevistadores. El hombre lo tomó, leyó algunas páginas y dijo con el ceño fruncido: "Oye, Elaine, le enviaste el examen equivocado. Este no es para recién graduados...".
Efectivamente, Elaine le había enviado a propósito el examen equivocado a Janet junto con la invitación a la entrevista pensando que desistiría de ir al Grupo Larson.
Por otro lado, Janet sabía que la sonrisa de Elaine era solo una fachada para esconder su verdadera personalidad.
"Si la señorita Lind es lo suficientemente capaz, habría podido aprobar el examen", replicó Elaine, segura de que ella no lo había logrado.
"Concuerdo con usted, señorita Sellers. Por favor miren mis resultados", Janet intervino con una sonrisa.
"¡Guau! ¡Este examen es solo para candidatos con más de tres años de experiencia laboral...!", mientras hablaban, los otros entrevistadores miraron a la joven con asombro.
Anonadada, Elaine se quedó callada, haciendo eco de las acciones de sus colegas y sacudiendo la cabeza con exasperación. No podía creer que Janet hubiera aprobado el examen. ¡Hasta a los diseñadores más experimentados les resultaba difícil responder a las preguntas que había en él!
Los otros dos entrevistadores le hicieron a Janet algunas preguntas más y ella las contestó sin esfuerzo.
Cuando se marchó y quedaron nuevamente a solas, ellos no pudieron dejar de elogiarla: "Es una diseñadora joven y perspicaz, ¡definitivamente nuestra empresa necesita a alguien como ella!".
Mientras tanto, Elaine aventó el currículum de Janet y exclamó con los ojos ardiendo de ira: "¡Ella no es adecuada para el Grupo Larson!".